Mas rebaja expectativas

El 'president' se conforma con aumentar la diferencia con la segunda fuerza

XABIER BARRENA
BARCELONA

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Los efluvios de la manifestación independentista del Onze de Setembre se van día a día diluyendo. Las encuestas -otra cosa es la realidad, que ya se verá en dos domingos- se empecinan a situar a CiU a un paso de la mayoría absoluta. pero sin alcanzarla. y en la sede convergente empiezan a pensar que esa mayoría, esas manos libres por las que convocaron las elecciones tan pronto como pudieron, a lo mejor, no se consigue. Ante este panorama caben dos enfoques. O aceptar que, siempre según los sondeos, las cosas no están yendo como cabía esperar, o bien cambiar el objetivo por uno mucho más fácil. Artur Mas ha optado por la segunda y ayer puso sordina a esas grandes expectativas que su federación tenía para el 25 de noviembre.

En una rueda de prensa celebrada para presentar sus propuestas cara a conseguir una mayor internacionalización de la economía, Mas señaló que él siempre ha hablado de dos mayorías. La primera, en favor del derecho a la autodeterminación, «que parece claro que se va a conseguir» dijo ayer (los sondeos sitúan a la suma de CiU, ERC e ICV-EUiA en una horquilla entre los 90 y v los 95 diputados», y la segunda, una gran victoria de CiU. Esta, sin embargo, ya no pasa por tener la mayoría absoluta (si se da, albricias, deben de pensar en la sede convergente de la calle de Còrsega) sino por «aumentar la diferencia» entre CiU y la segunda fuerza en el Parlament.

En el Parlament disuelto hace un mes, esa diferencia estaba en los 34 diputados (los que separaban a los 62 de la federación de los 28 del PSC). Todos los sondeos pronostican una subida de CiU, aunque solo el CIS apunta a la consecución de la mayoría absoluta. En paralelo, la demoscopia apuntan a que el PSC quedará lejos de lo que fue, en el 2010, su peor resultado desde el restablecimiento de la democracia. Es decir, la demoscopia da por seguro, a 11 días de las elecciones, que este nuevo objetivo que se ha autoimpuesto Mas es alcanzable.

En el capítulo de respuestas a otros partidos, elpresidentno quiso entrar a valorar al detalle las palabras de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal -que tildó de «desvaríos» los planteamiento de Mas-, e hizo un ruego más amplio: reclamó a los dirigentes populares a dirigirse «amable y educadamente» en lugar de provocar el el griterío habitual «con salidas de tono, improperios y provocaciones». Y en tono casi de advertencia llamó a Mariano Rajoy a leer correctamente los resultados que se den el próximo 25 noviembre. «No podrán decir que la gente va a votar bajo coacciones», sostuvo el president. Y sentenció que si el resultado electoral es muy claro -en favor de sus tesis- significará que hay una sociedad madura quiere iniciar un camino en Catalunya.

MARCA BARCELONA / En lo estrictamente económico, el mensaje de Mas fue claro, undependemos cada vez menos del mercado español y vamos a ayudar a que siga la tendencia. ¿Y cómo? Echando mano de lamarca Barcelona, por ejemplo. Con CiU en el gobierno municipal, desde mayo del 2011, parece que dé menos miedo que Barcelona fagocite a Catalunya, en cuanto a imagen y en el exterior. Es más, se quiere utilizar la capital catalana como palanca para dar a conocer esta comunidad autónoma.

Otro punto importante en esta estrategia, según el líder de la federación convergente, son las delegaciones (conocidas irónicamente por la oposición comoembajadas) y las oficinas comerciales en el exterior. Mas explicó que mantendrá las cinco delegaciones (Berlín, Nueva York, Bruselas, Londres y París) y potenciará las 34 oficinas. «De ninguna manera se nos ha pasado por la cabeza eliminarlas», señaló el candidato de CiU sobre una de las gastos del Govern que más críticas recibe del PP.