Mas pide paciencia a los suyos ante la ardua negociación con la CUP

El líder de CDC y 'president' en funciones, Artur Mas, durante su intervención en el consejo nacional de Convergència, ayer.

El líder de CDC y 'president' en funciones, Artur Mas, durante su intervención en el consejo nacional de Convergència, ayer.

LAURA PUIG / BELLATERRA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Había expectación por escuchar el discurso de Artur Mas ante el consejo nacional de su partido. Era su primera reacción después de la conferencia política de la CUP del pasado juevesCUP , en la que la fuerza anticapitalista puso sus cartas sobre la mesa para abrirse a negociar con Junts pel Sí la hoja de ruta a la independencia. La CUP abogó por dejar de lado de momento la cuestión de la investidura del nuevo 'president' porque prefiere, según recordó el viernes Antonio Bañoscentrarse en "el qué, el cómo y el cuándo", aunque tanto el propio Baños como otros miembros del partido reiteraron su negativa a apoyar a Mas, a quien vinculan con los recortes y la corrupción. El líder de Convergència también obvió ayer este punto y, consciente de lo que está por venir, reclamó a los suyos paciencia ante un proceso que definió como "arduo, molesto, lento y, sobre todo, complejo".

"Sabemos dónde vamos y qué queremos", dijo Mas antes de subrayar que "esto requiere tiempo" y reconocer que el hecho de no haber conseguido superar la barrera del 50% de los votos en los comicios del pasado 27 de septiembre dificulta el proceso soberanista. "Estamos con la miel en los labios, tocando el éxito con la punta de los dedos", recalcó. No obstante, sacó pecho del trabajo realizado por su partido para ensanchar la base social a favor de la independencia, un trabajo que compartió con el resto de fuerzas partidarias de la secesión. Y, en clara alusión a la negociación con la CUP, advirtió: "Lo que hemos hecho entre muchos, no lo estropeemos entre unos pocos".

CUESTIÓN DE VOTOS Y ESCAÑOS

Junts pel Sí se encuentra en una delicada posición, pues se ha quedado a un escaño de la mayoría simple, por lo que en estos momentos quien tiene la sartén por el mango es la CUP. Sin embargo, el 'president' en funciones no se resigna y esgrimió los resultados electorales para defender su fuerza en la negociación. "Tan legítimo es que la CUP defienda sus objetivos como que Junts pel Sí defienda los suyos, entre otras cosas porque nosotros tenemos 62 escaños y la CUP 10", afirmó, al tiempo que reclamó que se tenga el cuenta "el peso de cada uno" en este proceso.

El líder convergente aparcó aquí el tema de las negociaciones con la fuerza anticapitalista, pero intentó insuflar confianza a los suyos y se mostró confiado en que el diálogo llegará a buen puerto. Y puso como ejemplo otras negociaciones llevadas a cabo en los últimos tres años, como el acuerdo de gobernabilidad con ERC de la pasada legislatura, la pregunta de la consulta, el 9-N y la lista unitaria de Junts pel Sí y los comicios del 27-S. "Siempre lo hemos conseguido y esta vez también lo conseguiremos", resumió.

CARGA CONTRA EL GOBIERNO CENTRAL

En su intervención en el consejo nacional de CDC, celebrado en el Hotel Campus de Bellaterra, Mas también aprovechó para atizar al Gobierno de Mariano Rajoy. Por un lado afeó el "cinismo" de los conservadores al asegurar que el soberanismo "ha perdido el plebiscito" cuando se han pasado meses negando que fueran unos comicios plebiscitarios; y censuró que pongan en el saco del 'no' los votos en blanco, los de Unió y los de Catalunya Sí que es Pot porque, a su juicio, ni el 'sí' ni el 'no' se pueden apropiar esos votos. Por otro lado, criticó la "miopía política", tanto del Ejecutivo central como de otras fuerzas como el PSOE e incluso el PSC, "que niegan que Catalunya sea una nación". Y, finalmente, reprochó la "prepotencia chulesca" del Estado por no haber retirado la querella contra él, la exvicepresidenta Joana Ortega y la 'consellera' de Ensenyament, Irene Rigau, pues, argumentó, el 27-S ha supuesto un "gran aval democrático" del proceso participativo del 9-N por el que están imputados. "Todos sabemos que este juicio tiene muy poco que ver con las leyes", abundó el líder de CDC, al tiempo que denunció las "operaciones de acoso y derribo que se fabrican desde despachos del Estado y del Gobierno español".

Mas aprovechó los últimos minutos de su discurso para defender la participación de su partido en las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Según explicó, es importante estar en el Congreso de los Diputados para "defender el derecho a decidir, la soberanía de Catalunya y el mandato de las urnas del 27-S". Y aquí lanzó un aviso a navegantes: un Estado es, existe, si logra el reconocimiento del resto de estados.