Mas y Junqueras posponen el diálogo hasta la próxima semana
FIDEL MASREAL / XABIER BARRENA / Barcelona
Días de impasse en la política catalana y en el llamado proceso. La exposición de Artur Mas de su plan hacia una eventual independencia, el pasado martes, en el Fòrum, y las secuelas reactivas del miércoles en el pleno del Parlament reclaman, en buena lógica, una negociación entre CiU y ERC, como el descorche de un buen vino reclama su vertido en una copa. Ello, sin embargo, no se producirá al menos hasta el próximo miércoles, cuando la agenda política haya sobrepasado el sábado, día en que la ANC hará pública su posición sobre el guion del president, y el martes, día en que Oriol Junqueras hará su propia conferencia, en el Palau de Congressos.
Según fuentes republicanas, la expectación por el acto de Junqueras está superando las previsiones. Así, dentro del equipamiento de la avenida Diagonal se ha cambiado por dos veces de emplazamiento, hasta quedarse ERC con el de mayor aforo: 2.000 personas.
Los republicanos mantienen, en lo formal, la alabanzas y buenos gestos hacia Mas, sabedores de que el president atraviesa un momento dulce de popularidad y, por tanto, un choque frontal con él no es deseable. Otra cosa es el fondo. El barco de Junqueras no ha variado ni un ápice el rumbo y sigue firme hacia la propia candidatura y no hacia la lista conjunta con CiU.
Mientras, Convergència mantiene intacta su opción de lista única, que definen como la mejor manera de encarar la vía independentista. Esta firmeza convergente responde a la de su líder, Artur Mas, que en una entrevista en 8TV cargó contra las distintas listas con un punto programático compartido. Lo hizo con contundencia. Por ello, la posición convergente es a día de hoy firme.
En tanto, en la arena parlamentaria, el Govern, vía el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, rechazó ayer prorrogar los presupuestos del 2015, pese a las dificultades evidentes que tiene para hallar apoyos. Dificultades que se ven agravadas porque la hoja de ruta independentista ha alejado al PSC de cualquier tentación de echarle una mano.
COMO FELIPE EN 1996 / ERC se ofreció ayer al Ejecutivo para aprobar la prórroga de las cuentas del 2014, habida cuenta de que la merma de ingresos prevista para este 2015, unos 5.000 millones, hace inviable, dicen, cuadrar mínimamente los presupuestos. La solución que el republicano Pere Aragonès aportó para hacer compatibles la prolongación de las cuentas y que los funcionarios recuperen la paga extra que les fue eliminada en su día fue la de la ampliación del crédito. Un mecanismo, recordó Aragonès, que ya fue utilizado por Felipe González en 1996, cuando CiU le retiró el apoyo.
Mas-Colell replicó que, incluso si hay elecciones anticipadas, es más positivo una presupuesto que una prórroga. El conseller, además, admitió que el Govern solo ha recaudado algo más de 2,6 millones de los 685 previstos con el impuesto sobre depósitos en las entidades de crédito, ya que la mayoría de estas han impugnado el tributo.
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