Mas exige a Rajoy pactar un referéndum y enfría las elecciones

Artur Mas y Joana Ortega, anoche, en una comparecencia ante los medios.

Artur Mas y Joana Ortega, anoche, en una comparecencia ante los medios.

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Aprovechar el «éxito total del 9-N» al máximo, capitalizarlo y no dar demasiadas pistas sobre los nuevos pasos, para demostrar que ahora la pelota está en el tejado del Gobierno del PP y que tras haber estado a punto de perder la partida en el frente catalán, ahora Artur Mas tiene la paella por el mango, al menos durante los próximos días.

Mas y su equipo estaban anoche eufóricos. No solo superaron la prueba de la celebración de un proceso participativo amenazado jurídicamente por parte del Estado, y sometido a un gran número de suspicacias en el frente catalán, sino que lo lograron con una participación notable y sin apenas incidentes.

El 'president' de la Generalitat compareció en contra de lo previsto en el centro de prensa habilitado por el Govern para lanzar un mensaje de satisfacción sin matices y capitalizar la jornada de ayer, aunque lo expresara en términos de modestia y de éxito colectivo. A renglón seguido, anunció su intención de seguir adelante al frente de la nave.

¿Y ahora qué? La respuesta en inglés fue más que evidente respecto a cómo Mas enfrió la celebración de unas elecciones inminentes. «Es una herramienta que tenemos, una posibilidad real, pero déjenme decir que sería mejor seguir el ejemplo británico o canadiense: alcanzar un acuerdo con las instituciones federales y acordar los términos del referéndum legal y vinculante».

Es decir, que se abre ahora un proceso negociador con el Estado, o un intento de que ello se produzca, pese a que la primera respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy ayer fue la amenaza de usar la vía penal contra los organizadores del 9-N. En el caso de que esa negociación no diese frutos, Mas dijo ayer que retomaría la idea de unas elecciones de tipo plebiscitario. Pero con una condición ya conocida: que haya lista única. «Tienen que ser elecciones acordadas entre los partidos catalanes y en la actualidad ese acuerdo no existe».

«ÉXITO TOTAL»

Quedó claro que se trata de administrar los tiempos. Pidió el president de forma explícita que le dejaran saborear el «éxito total», al ser preguntado por los siguientes pasos a dar. No descartó acudir a instancias internacionales y anunció que comparecerá mañana tras la reunión del Govern para anunciar su plan de trabajo. Pero sin dar más detalles.

El foco estuvo centrado ayer en la presión al Ejecutivo de Rajoy, al que reclamó poder acordar los términos de un referéndum «vinculante» y con todas las de la ley. Mas se sintió fuerte desde media mañana, cuando tras votar afirmó que si la fiscalía buscaba al responsable de abrir los institutos públicos, ese no era otro que él mismo. En efecto, el president se dio ayer un baño de autoafirmación, que puede ahora administrar con un cierto margen, pese a que el independentismo catalán tiene prisa y ERC alberga cuentas pendientes con CiU. Entre otras cuestiones, por haber dado pasos unilaterales en las últimas semanas y haber negociado secretamente con el PP y el PSOE a través del expresidente del Parlament, Joan Rigol. Mas admitió por la mañana que estaba «más o menos» al corriente de estas conversaciones reveladas por EL PERIÓDICO, pero aseguró que Rigol no actuaba en nombre del Govern.

Diálogo y pacto, unas de las palabras que el líder de CiU citó anoche. Significativo que, en plena victoria del independentismo, afirmara que su voluntad es la de «decidir el futuro y procurar por el bien del conjunto, no contra España».

Y en clave personal hay que interpretar que Mas usara una frase del 'expresident' Jordi Pujol sobre el Estatut («Nos hemos mirado en el espejo y no nos hemos gustado») para darle la vuelta y decir: «Esta vez nos hemos gustado». Y poner la guinda: «Estoy dispuesto, aunque las condiciones sean adversas y difíciles, a seguir sirviendo a Catalunya». Se sentía ganador por goleada y quiso que se notara públicamente.

Mas ha ganado tiempo, puede afirmar que prometió urnas y las ha habido (aunque no fuera la consulta prometida) y tratará de mantener la legislatura. ¿A quién le interesan elecciones anticipadas? «Solo a ERC», contestaban ayer altos cargos del Palau de la Generalitat.