EL DESAFÍO SOBERANISTA

Mas ejecuta el último acto antes de activar el adelanto electoral

Junqueras y Fernández, ayer, en los pasillos del Parlament.

Junqueras y Fernández, ayer, en los pasillos del Parlament.

FIDEL MASREAL / XABIER BARRENA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los cuatro grupos parlamentarios -que agrupan a seis partidos políticos- sobre los que se cimenta el proceso soberanista hacia la consulta del 9-N están convocados este viernes, a partir de las once de la mañana, en el Palau de la Generalitat, para ofrecer una respuesta conjunta a la suspensión del proceso decretada el pasado lunes por el Tribunal Constitucional. Según fuentes del Govern, este puede muy bien ser el último acto de un culebrón que entrará, en breve, en otra fase, la de las elecciones anticipadas (eso sí, pese a la desgana del propio presidentque preferiría agotar la legislatura). Con todo, siempre según estas fuentes, una vez se constate la imposibilidad material de organizar el 9-N con todas las garantías, el president comparecerá para exponer una denuncia sin paliativos del bloqueo estatal y la propuesta de seguir adelante con una convocatoria electoral en febrero o marzo en la que una lista única defienda plantear la independencia de Catalunya en un proceso negociador de uno o dos años. Nunca, en cualquier caso, mediante una declaración unilateral.

La lista a la que aspira Mas ha de incluir a Convergència, sectores independentistas de Unió, ERC, parte del soberanismo escindido del PSC y representantes de la sociedad civil, como Carme Forcadell o Pep Guardiola, por poner ejemplos. Ese es el plan del Govern. En paralelo, y con el objetivo de garantizar el agotamiento de la legislatura para poder enderezar las expectativas en las urnas, hay sectores dentro de CDC que exploran otras vías.

A CABALLO GANADOR / La lista única, o más bien conjunta, se planteará a las seis fuerzas soberanistas, aun a sabiendas de que ni ICV-EUiA ni la CUP jugarán a eso, y Unió, al menos mientras Duran siga al frente, tampoco. Huelga decir que el verdadero objetivo de Artur Mas es ligar su suerte a la ERC, el caballo ganador, al menos ahora, en las encuestas. Y Esquerra se siente poco menos que atrapada por la envolvente que el líder convergente le ha tendido. «Hay que velar por el entorno de CDC», explicó un alto cargo de la federación a otro republicano hace unos días.

ERC no desea esa lista conjunta porque considera que sumaría menos que los dos partidos por separado. Y también porque ir de la mano de un partido tan salpicado por los casos de corrupción y sin saber, por ejemplo, qué nuevas sorpresas puede deparar el futuro, les intranquiliza. Acaso para combatir ya el argumento que, previsiblemente, podría usar CDC si ERC osara decir que no a la lista conjunta («están rompiendo la unidad por interés partidista»), Oriol Junqueras se dejó ver el jueves por los pasillos del Parlament con Joan Herrera David Fernàndez. Con la CUP le une la obediencia a la «legitimidad» del Parlament; es decir, la desobediencia a la legalidad.

AGOTAR PLAZOS / En la cumbre de este viernes no se articulará todavía la propuesta electoral. Todavía toca agotar los plazos en los que no se da definitivamente por perdido el 9-N. El Govern admite que algunos gestos de suspensión de los preparativos, que ERC le ha afeado, podrían haberse «modulado». Argumenta que el funcionamiento de la administración es complejo. Pero, como ya adelantó este diario, hará propósito de enmienda, no solo con la firma, ayer, del decreto de nombramiento de la comisión de control de la consulta, sino también con la recuperación de cierta campaña de difusión del 9-N.

En cuanto se constate que el Constitucional no se reúne con tanta urgencia como lo hizo el lunes para decretar la suspensión de la consulta, y que, cuando lo haga, no la levanta, será obvio que no es posible celebrar la consulta. Entonces es probable que se organice algún acto simbólico para ese mismo día y Mas active públicamente el plan b. El president hará pública su apuesta por la lista conjunta, para poner toda la presión sobre su actual socio. La dificultad se centrará en la concreción del programa electoral. Mas no aceptará el compromiso de un declaración unilateral de independencia (DUI) como primer paso tras las urnas.

Y por si no es posible la lista conjunta, los convergentes avisan de que están preparados para dar por frustrado el proceso y señalar con el dedo a los responsables. Dicho de otra manera, como avanzó ayer EL PERIÓDICO, si Esquerra se presenta en solitario y gana los comicios, no puede esperar que Convergència le brinde su apoyo.

Una prueba de que CDC se ha procurado munición contra sus actuales socios son las indagaciones llevadas a cabo para conocer el grado de desobediencia registrado en el Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts (donde Junqueras es alcalde) en cuanto a las liquidaciones a la Agència Tributària catalana.

MAPA POR LOS AIRES /La lista conjunta rompería totalmente el mapa político catalán, si se concretara. Fuentes de Convergència señalaron que la federación quiere ir más allá de las elecciones catalanas, y pretende que esta unidad se plasme también en los comicios locales de mayo del próximo año y en las generales previstas para finales del 2015.

En este esquema, la federación CiU salta por los aires, o como mínimo la figura del líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, queda al margen del bloque del Sí-Sí, y previsiblemente activaría un espacio político de moderación catalanista. Otras opciones ideológicas como el PP, el PSC, ICV-EUiA y la CUP mantendrían su espacio y propuesta, obviamente, al margen de qué propongan en relación a la ruta soberanista en sus programas.

En el Palau dejan muy claro que solo prevén como cabeza de lista a Artur Mas, con lo que se consolida la tendencia en CDC de renovar el mensaje mediante la personalización de su apuesta más allá de las siglas. Sin duda el caso Pujol caso Pujoly la acusación de financiación irregular que sigue pendiente de juicio, además de la caída de apoyos en las últimas elecciones catalanas, hacen que CDC necesite urgentemente una refundación, que pasaría por dar a Mas todo el protagonismo, apostar definitivamente por la independencia (sin DUI) redirigir el mensaje social hacia el centro y centro-izquierda.

Vencer equivaldría a mayoría absoluta, sin entrar a plantear abiertamente la necesidad de lograr el 50% de los votos, como sería lo correspondiente en caso de celebrarse un referendo o una consulta.