EL PLENO DEL PARLAMENT

Mas afirma que sería un "fraude" promover ahora la independencia

TONI SUST / Barcelona

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Con la de veces que Artur Mas ha sido acusado de ser un independentista radical en los últimos tiempos, cuando aún no había alcanzado la presidencia de la Generalitat, no deja de ser llamativo que ahora que ostenta el cargo se vea obligado a dar explicaciones para demostrar que no esconde ningún plan de ruptura y que solo apoyará la secesión cuando una mayoría significativa de los catalanes la deseen. Que nada quiere forzar. Ayer, en la sesión de control al president, este se vio obligado a abordar el tema cuando el diputado no adscrito Joan Laporta esgrimió los datos de la última encuesta del Centre d¿Estudis d¿Opinió (CEO), que revelan que el 42% de los catalanes respaldan la independencia.

Mas recordó que CiU no llevaba la secesión en su programa y que tampoco la situó como objetivo en su discurso de investidura, por lo que, advirtió, sería "un fraude" que ahora la promoviera. Recordó que, en el campo de la autonomía política, la próxima meta de la federación nacionalista es lograr un nuevo pacto fiscal en la línea del concierto económico vasco y el convenio navarro. "Lo hemos dicho en el discurso de investidura y en el programa electoral", recalcó el jefe del Govern.

Laporta le replicó que como president debe promover la independencia y que el hecho de que su programa electoral no recogiera la propuesta es tan solo "una excusa". El líder de CiU contestó que a su juicio son los partidos políticos, y no el Ejecutivo catalán, los que deben hacer pedagogía independentista. Mas defendió durante la sesión de control el fruto de la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat, criticada con dureza por Esquerra, cuya portavoz, Anna Simó, espetó al jefe del Govern que lo que es un fraude es que se intenten vender acuerdos que no se han alcanzado.

"En la buena línea"

Lo cierto, dijo Simó del encuentro, es que la Generalitat no tendrá una posición determinante en el aeropuerto de El Prat. Mas contestó asegurando que se está "en la buena línea", aunque admitió que no se ha conseguido lo esperado. El president aprovechó la pregunta del grupo de CiU para sacar pecho. Desveló que los 759 millones de euros cuya liquidación se cerró en la reunión de la comisión bilateral se destinarán a paliar el déficit y no a inversión en infraestructuras. La cantidad corresponde al pago del 2008 en función de la disposición adicional tercera del Estatut.

Mas aprovechó la sesión de control para ridiculizar a ICV por ser el único grupo que no pacta con CiU. La beligerancia nacionalista con los ecosocialistas crece a diario.