DISCURSO DE FIN DE AÑO

Mas admite errores pero avisa que seguirá la política de ajustes

Sostiene que la austeridad tiene sentido aunque prevé que el 2012 será duro

FIDEL MASREAL / Barcelona

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Tras la caótica gestión de las nóminas de 230.000 trabajadores públicos a las puertas de la Navidad, el tradicional discurso de Fin de Año fue la ocasión elegida por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para enfundarse el vestido más humano ypedir de nuevo disculpas. Lo hizo, sin paliativos, pero combinó esta dosis de humildad navideña con unmensaje de firmeza: el rumbo de la política de recortes («austeridad, rigor y seriedad», en palabras del President) se mantendrá inalterable. Todo ello dicho en un tono poético en el que, como el año pasado, no faltaron invitaciones a la esperanza y la autoestima pese a que el 2012 «será duro», según el pronóstico de Mas.

Quizá por ello, de entrada el President quiso ganarse la cercanía de los ciudadanos que más están notando la crisis. Y lo hizo hablando en primera persona al referirse a dificultades familiares como la pérdida de un ser querido o la enfermedad persistente. «Quien sufre alguna de estas circunstancias, puede entender mejor el sufrimento de los otros», dijoMas, que hace cuatro meses sufrió la pérdida de una hermana de 45 años.

El tono del discurso siguió en términos poéticos y morales. No exentos de una referencia clara y nítida a la autocrítica, en relación al caos de la paga a los funcionarios: «Con el mar embravecido y olas altas que vienen por todos los lados, los erorres se notan más. Pero ni tan solo estas condiciones durísimas y sin precedentes pueden servir de excusa», asumió. Mas cerró este capítulo expresando «propósito de enmienda».

Y a renglón seguido, llegó un mensaje que parecía servir de contrapeso a la autocrítica: el rumbo seguirá siendo el mismo. «Seguiremos el camino trazado», avanzó el presidente de la Generalitat, quien en dos ocasiones subrayó una idea recurrente en los últimos meses a la hora de explicar los recortes: «Lo que estamos haciendo tiene un sentido en que creemos firmemente». El sentido no es otro, según el líder de CiU, que el de la contención, la austeridad, el rigor y la seriedad.

Justicia social

En este mensaje de autoafirmación, y firmeza,Mas incluyó nuevamente referencias a los colectivos más desfavorecidos. Habló de la justicia social como imperativo moral, del Estado del bienestar como una conquista y de la bondad de la sociedad catalana «comprometiéndose con todas las causas destinadas a apoyar a las persoans más desfavorecidas o con necesidades más grandes o más urgentes». Un tono no ajeno a las voces internas del Govern que admiten que en la ejecución de algunos recortes ha faltado mano izquierda y sensibilidad, en los últimos meses. Internamente se esperaba este discurso de Mas para ganar oxígeno con un tono más cercano a las preocupaciones de los ciudadanos.

Siguiendo este misma estela casi poética, Mas invitó a la esperanza. «Se abrirán rendijas y claros y veremos finalmente el perfil del horizonte», pronosticó elpresident,quien baso la esperanza en la madurez, creatividad y bondad de la sociedad catalana.

Mensaje a Rajoy

También como es habitual, una parte del mensaje se hizo mirando a Madrid. Mas avisó al nuevopresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que si la propuesta del pacto fiscal no es atendida los puentes entre Catalunya y España «se debilitarán más». Con todo, la actitud ante el recientemente proclamado presidente español fue de nuevo de mano tendida. Le deseó aciertos al mismo tiempo que reclamó respeto a Catalunya «y auténtico sentido de Estado».

Para llevar a buen puerto la iniciativa del pacto fiscal, ellíder de CiU mostró de nuevo su confianza, en este caso en que el Parlament formule en el 2012 la propuesta «con el máximo consenso político». Un mensaje dirigido especialmente al PSC, dado que Mas recordó que existe un «gran consenso social» en favor de una financiación para Catalunya similar a la del concierto vasco. «Confío en que todo el mundo, dede la esfera pública o la privada, sabrá estar a la altura de las circunstancias que Catalunya necesita y merece».