Entrevista con el líder del PP

Mariano Rajoy: «A los terroristas hay que aplicarles la ley y punto»

ENRIC HERNÀNDEZ
BARCELONA

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A un mes escaso de las elecciones, Mariano Rajoy afronta la campaña con aparente calma. Los sondeos invitan al líder del PP al optimismo, incluso a la euforia; los datos económicos, a un cierto pánico. Convencido de que conquistará la Moncloa al tercer intento, no quiere arriesgar. Ni con el fin de ETA, ni con un plan económico que se resiste a concretar.

-ETA dio el jueves, según la valoración que usted mismo hizo, un «paso muy importante» con el anuncio del cese definitivo de la violencia. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

-En primer lugar, por el aguante de la sociedad española, que ha tenido que soportar durante décadas la amenaza contra la vida, la libertad y los derechos de muchas personas. El aguante de la sociedad y la confianza en la ley y el Estado de derecho han sido decisivos. En segundo lugar, por la eficacia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que a lo largo de muchos años han puesto a ETA en una posición cada vez más difícil. En tercer lugar, por el trabajo de muchos gobiernos y de muchos representantes políticos, jueces y fiscales. Y, por supuesto, por la referencia que constantemente han sido en la lucha antiterrorista las víctimas del terrorismo.

El país ha sabido aguantar, no se ha rendido y ha dicho claramente que la ley, la democracia y el Estado de derecho están por encima de personas que se sitúan fuera y al margen del sistema, y que se erigen en jueces de la vida y de los derechos de los demás. Ha sido un triunfo, en definitiva y sobre todo, del conjunto de la sociedad española.

-En el proceso de paz del 2006, usted se quejó de no haber sido informado por el presidente Zapatero. ¿Ha fluido la información esta vez?

-Bueno, en esta legislatura el terrorismo no ha constituido objeto de debate político en las Cortes, fundamentalmente por una razón: porque yo creía que las cosas se estaban haciendo mejor. Ya se había roto una negociación política que no conducía a ninguna parte, como desgraciadamente quedó demostrado. Pero es que, además, la política se hace en los parlamentos y con los partidos políticos que se presentan a las elecciones. Un estado no puede negociar con un grupo terrorista de ninguna manera. En definitiva, ha habido un mayor entendimiento en esta legislatura porque los mensajes y las actuaciones han sido distintos. Y sí, ha habido más información: la que el Gobierno ha considerado que debería darnos en cada momento.

-Curiosamente, la primera entrevista que concedió tras el atentado de la T-4, que dinamitó la anterior tregua, fue también con EL PERIÓDICO. Decía entonces: «Zapatero dejó creer a ETA que obtendría un pago político». Entiendo que esto es lo que ha cambiado desde entonces...

-Sí, yo creo que fundamentalmente ETA lo que ha hecho es rendirse. La banda ha sido muy debilitada y adquirió la conciencia de que la sociedad española de ninguna manera iba a aceptar el pago de un precio político por matar o por dejar de hacerlo. Eso es lo más significativo de lo que ha ocurrido, y por eso ETA ha anunciado en un comunicado que cesa definitivamente de matar, de chantajear y de extorsionar.

-A su juicio, ¿ha existido alguna continuidad entre el proceso de diálogo Gobierno-ETA celebrado en el 2006 y el que ha desembocado en el comunicado del pasado jueves?

-No, en mi opinión. No tengo datos para afirmar eso. Si los hubiera tenido, mi actitud hubiera sido muy distinta. Creo que aquí ha triunfado el no negociar, el dejar claro que no se estaba dispuesto a pagar ningún precio, la eficacia de las fuerzas y cuerpos de seguridad el Estado y el apoyo de toda la sociedad a una política basada en principios, valores y que, además, se ha demostrado que es la más eficaz. También hay que subrayar que la tranquilidad total no la tendremos hasta que se produzca la disolución irreversible de esta organización terrorista.

-Hay voces en su partido, como las de Jaime Mayor Oreja o Carlos Iturgaiz, que denuncian que ha habido «contrapartidas» y atribuyen el comunicado etarra a una negociación entre el Gobierno y la banda. Entiendo que no comparte esa tesis...

-A mí no me consta. Tengo en cuenta su diagnóstico pero, a día de hoy, ETA no ha conseguido ni la autodeterminación ni la territorialidad. Y, desde luego, si el PP gana las próximas elecciones generales y tiene la responsabilidad de gobernar, no me consta que tenga que pagar ningún precio por el cese definitivo de la violencia. Y, en todo caso, ya le adelanto que no estoy dispuesto a hacerlo.

-¿Atenderá el PP la invitación del lendakari, que acaba de anunciar el inicio de una ronda de consultas políticas que incluye a Bildu?

-Estamos apoyando al Gobierno vasco y eso lo tienen que gestionar mis compañeros del País Vasco, pero nosotros en principio hablamos con todo el mundo. Tenemos un acuerdo parlamentario que se limita a apoyar las leyes que emanan del acuerdo que se firmó. Defendemos lo acordado y no respaldamos lo que no compartimos. Estamos apoyando al lendakari y no sabemos qué nos quiere plantear. Nosotros hablamos muy a menudo con él y ya le hemos advertido de que, en democracia, las conversaciones políticas se llevan en el parlamento. En este caso, en el Parlamento vasco.

-¿El cese definitivo de ETA convierte a Bildu en interlocutor político?

-Bueno, nosotros en su día apoyamos al Gobierno para que Bildu no pudiera presentarse a las elecciones municipales, y el Tribunal Supremo nos dio la razón, sentenció que no podía presentarse a los comicios. De momento, ETA sigue siendo una organización terrorista que ha anunciado que deja de matar, pero no se disuelve. Tendremos que ver cómo se producen los acontecimientos, pero Bildu para nosotros -también para el Tribunal Supremo y para el Gobierno, que impugnó sus candidaturas- sigue siendo el brazo político de una organización terrorista.

-Pero no para el Tribunal Constitucional, que permitió a Bildu concurrir a las elecciones municipales...

-Efectivamente, no para el TC.

-¿El Gobierno y la fiscalía deberían, en su opinión, impedir la legalización de Sortu? ¿Tendrían que recurrir también la concurrencia de Amaiur a las elecciones del 20-N?

-Creo que el Gobierno y la fiscalía tienen la obligación de recopilar todos los datos que sean necesarios y, a la vista de ellos, si creen que existe una conexión de estas formaciones con ETA y que esta es demostrable, deben acudir a los tribunales, como hicieron la vez pasada.

-El Gobierno ha anunciado que no tomará ninguna decisión sobre las «consecuencias del conflicto» -presos y prófugos-, que eso queda en manos del nuevo Ejecutivo. Si usted gobierna tras el 20-N, ¿cómo gestionará el nuevo escenario?

-Mire, ETA ha anunciado el cese definitivo de las armas, no ha puesto ninguna condición, no hay ningún compromiso por parte de nadie. Yo desde luego, no lo tengo, y si alguien lo tuviera, que no lo creo porque se me hubiera informado, a mí no me incumbe. A partir de ahora tendremos que trabajar todos unidos: partidos, víctimas, representantes sociales y el conjunto de la sociedad española. Todos unidos en la ley y en el Estado de derecho, que es lo que ha triunfado y lo que ha dado lugar al cese definitivo de la violencia.

-Concrete un poco más. ¿Ofrecerá un pacto al PSOE y el PNV para pilotar la desaparición del terrorismo?

-Lo que digo es que creo que en el futuro todos deberemos trabajar juntos, en el marco que establecen las leyes y el Estado de derecho.

-Sin cambiar la legislación, ha habido procesos en los que esta se ha aplicado con flexibilidad. Por ejemplo en 1982, cuando ETA político-militar se disolvió. ¿Un Gobierno del PP será flexible en la aplicación de la ley para hacer irreversible la paz?

-Un Gobierno del PP aplicará el Estado de derecho, como se aplica habitualmente. Lo único que puede hacer irreversible la paz es aplicar la ley. La paz exige justicia; en caso contrario, no es paz. Y lo que garantiza la justicia es la aplicación de la ley.

-¿El movimiento que cabe esperar ahora, o que esperaría usted para dar nuevos pasos, sería la entrega de las armas y la disolución formal?

-Yo creo que es un paso muy importante el que se dio el jueves, pero insisto: la tranquilidad total de los españoles y la libertad definitiva solo llegará cuando se materialice la disolución irreversible de la banda.

-Insisto yo también: el comunicado pide un diálogo sobre las «consecuencias del conflicto», se entiende que sobre los presos. ¿Establecería un Gobierno del PP ese diálogo con la organización terrorista?

-En ningún caso el Gobierno, si yo lo presido, va a tener ningún diálogo con una organización terrorista sobre nada, aunque haya abandonado definitivamente la violencia. Con ETA no hay nada que hablar. Para que quede más claro; no hay nada que dialogar sobre ninguna «consecuencia» de un «conflicto» que no ha existido. En el País Vasco no ha existido ningún conflicto político; lo que ha habido es una banda criminal que ha querido imponer por la fuerza sus tesis y que ha sido vencida por la sociedad española.

-Queda clara su posición. Pero lo que no está tan claro es si eso significa que en este proceso los terroristas no serán aproximados a cárceles vascas, como hizo el Gobierno del PP en la tregua de 1998, o que cumplirán íntegras sus penas una vez abandonada la violencia..

-En este proceso, como usted lo llama, yo creo que lo único que hay que hacer es utilizar los instrumentos de los que nos hemos dotado, que son nuestras leyes. Y por encima y detrás de las leyes no hay nada. Ni acuerdos políticos ni absolutamente nada. Es decir, yo creo que lo que hay que hacer con los terroristas es aplicarles la ley y punto.