CAMINO DE LAS URNAS

Rajoy alardea ante Aznar de "unidad" e "ilusión"

José María Aznar y Mariano Rajoy, ayer por la mañana, en el campus de FAES.

José María Aznar y Mariano Rajoy, ayer por la mañana, en el campus de FAES.

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Si algún dirigente del PP aún apuesta por un cambio de cartel, puede esperar sentado. Mariano Rajoy, un hombre poco dado a expresar sus emociones, quiso dejar claro este domingo que presentarse a la reelección le motiva como nada. Tiene, al parecer, «más ilusión que nunca». Más incluso que cuando «pegaba carteles en Pontevedra». O que cuando el expresidente José María Aznar le nombró ministro. O más incluso que cuando ganó las pasadas elecciones por mayoría absoluta.

El líder conservador compareció, como es tradicional, en la clausura de los cursos de verano de la FAES, pero esta vez lo hizo rodeado de más expectación que nunca. A su lado se sentó el presidente de honor del partido que la víspera de la inauguración del campus se había erigido en el principal crítico pidiendo a su partido «una rectificación enérgica, creíble y suficiente» para recuperar los dos millones y medio de votos perdidos en los pasados comicios municipales y autonómicos.

Tras un frío saludo a la entrada, Aznar se limitó a subrayar que le gustaría celebrar «en un ambiente de gran éxito» el 20º aniversario de la llegada del PP por primera vez al Gobierno, «después de un gran triunfo del PP en las elecciones generales». No fue más allá de retar a al presidente a repetir victoria.

HOJA DE RUTA

Rajoy había eludido responderle en los días anteriores y optó por negar la existencia de cualquier división o debate interno, al dejar claro que el PP es «un gran partido nacional, unido, cohesionado» y que, subrayó especialmente,  «sabe lo que tiene que hacer». Nadie le va a marcar la hoja de ruta.

Y menos Esperanza Aguirre. El líder conservador dejó entrever que podría retrasar la convocatoria electoral todo lo que legalmente sea posible, desoyendo a quienes le reclaman un adelanto, como la jefa de la oposición municipal en Madrid. En una conversación informal con periodistas, Rajoy respondió con un rotundo «sí» a la pregunta de si pensaba dejar aprobados los Presupuestos del 2016 y con un «todo es posible», cuando se le interrogó sobre si esto comportaría  convocar los comicios el último mes del año.

En clave electoral, el presidente del Gobierno profundizó en la escalada de descalificaciones al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, desde que los socialistas acordaron gobiernos con Podemos y los nacionalistas. A este paso no le quedarán adjetivos para la campaña. En su estrategia de erigirse en la única referencia para la «estabilidad y el progreso de España», acusó a su rival de ser un «títere de los radicales» y de ejercer de «compañero de viaje, cuando no de portamaletas, de secesionistas y populistas».

LA ENCUESTA DEL GOVERN

No pasó por alto el presidente la reciente encuesta de la Generalitat en la que los partidarios del 'no' a la independencia alcanzan el 50%. «No podemos menos que felicitarnos de que cada vez más catalanes estén apostando por la concordia y la unión, frente a la cerrazón y a tanta propaganda independentista», celebró.