EL DOCE DE OCTUBRE

El 12-O se estanca

Vista aérea de la plaza de Catalunya, con miles de manifestantes.

Vista aérea de la plaza de Catalunya, con miles de manifestantes. / periodico

RAFA JULVE / BARCELONA

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No podían estar satisfechos del todo los dirigentes de Societat Civil Catalana con el resultado de la manifestación antisoberanista de este domingo. No podían estarlo porque la celebración del 12-O en la plaza de Catalunya de Barcelona no experimentó ningún salto cuantitativo respecto del Doce de Octubre del año pasado. Era la primera vez que esta plataforma contraria a la independencia organizaba el acto y, pese a que el debate está más vivo que nunca y algunos sectores contrarios a la secesión están más organizados, el número de participantes prácticamente se quedó estancado: la Guardia Urbana calculó en 38.000 el número de asistentes, 8.000 más que en el 2013. Ese año, la Delegación del Gobierno habló de 105.000 personas, pero esta vez evitó dar cifra alguna.

Tampoco podían estar satisfechos del todo en Societat Civil Catalana porque no lograron que el PPC y Ciutadans les hicieran caso. Les habían pedido que las siglas se quedaran en casa para dar imagen de "transversalidad", pero tanto uno como el otro partido no dudaron en exhibir camisetas con su logotipo o pegatinas corporativas. Alicia Sánchez-Camacho, situada con numerosos mandos populares en la primera fila frente al escenario, y Albert Rivera, paseándose por el recinto entre decenas de 'senyeres' y 'rojigualdas', evitaron renunciar al protagonismo. Ambos están ya en precampaña y se disputan la bandera antisoberanista. De ahí que Camacho reclamara elecciones anticipadas a un Artur Mas "que gobierna a la desesperada", y de ahí que Rivera acusara al PSOE y al Gobierno de Mariano Rajoy de ser "un chollo para los independendistas" porque no promueven medidas para "rehacer y levantar España".

60.000 EUROS DE COSTE

«No sabes lo que me irrita que el PP y Ciutadans quieran adueñarse del acto», se quejaba un cargo de Societat Civil. La plataforma, que según esta misma fuente se gastó 60.000 euros en la celebración de este 12-O, sigue tratando de atraer a la izquierda contraria a la independencia para aumentar su musculatura. "Este año se ha visto alguna bandera republicana; ha venido gente de Alternativa Ciudadana Progresista; el exministro Josep Borrell ha aparecido en un vídeo avisando de los riesgos de la independencia y el vicepresidente de Societat Civil Joaquim Coll, además de otros cargos, es militante socialista", intentaba animarse un miembro de la entidad. Al mismo tiempo, sin embargo, reconocía que la izquierda es muy refractaria a manifestarse con el PP y Ciutadans, ya no digamos con Plataforma per Catalunya, que también enarboló su pancarta, y más aún en un Doce de Octubre , jornada conocida antaño como Día de la Raza. Confiaba ese cargo en que lograrán más quórum en el acto que harán el Día de la Constitución.

Este domingo, como en la discreta concentración que los antisoberanistas celebraron en Tarragona con motivo de la Diada, el PSC evitó hacer acto oficial de presencia, lo que le sirvió a Camacho para atacar a sus rivales acusándoles de estar "acomplejados" por los nacionalistas. Ella estaba en su salsa. Muchos votantes de su partido fueron quienes llenaron los autocares fletados desde el resto de Catalunya -Societat Civil denunció que un grupo de independentistas apedreó uno de estos vehículos en Lleida- y fueron ellos los que corearon uno de los lemas estrella de la jornada: «Mas dimisión».

DARDO A LAS ÉLITES

Ese y otros gritos como «Inteligencia frente a la independencia» y algunas referencias Jordi Pujol resonaron mientras se pronunciaban los discursos en el escenario. Desde allí, Joaquim Coll denunció la «cobardía» de las "élites" económicas, sindicales y culturales por no oponerse públicamente al proceso soberanista, que tildó de "soberana estupidez", y acusó al bloque proconsulta de cometer «una estafa» con un "referéndum" que no se hará.

El presidente de Societat Civil, Josep Ramon Bosch, cuya esposa es dirigente de CiU en Santpedor (Bages), reclamó por su parte "una Catalunya plural en una España de todos", calificó de "espejismo grotesco" el discurso independendista y lanzó una frase que resume su discurso: "Tenemos prisa por que vuelva el 'seny'".