LA LACRA DE LA CORRUPCIÓN

Orden en la sala

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MARGALIDA VIDAL / PALMA

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Samantha Romero, Rocío Martín y Eleonor Moyá. Estas son las tres magistradas de la sección primera de la Audiencia Provincial de les Illes Balears que forman el tribunal que enjuicia el 'caso Nóos'. Después de tres semanas del inicio de la vista oral, las declaraciones de los imputados se han ido sucediendo; y las exigencias de las juezas, también.

La relevancia de los encausados sentados en el banquillo, entre los cuales se encuentran tanto la infanta Cristina, como su esposo, Iñaki Urdangarin, y el expresidente de la comunidad balear Jaume Matas, y la consecuente atención mediática que generan, lo convierten, sin ninguna duda, en el juicio del momento. 

Romero, la presidenta y ponente del tribunal, dejó claro el primer día que no lo permitiría todo. En sus condiciones iniciales, pidió a los letrados que se abstuvieran de hacer ciertas preguntas, relacionadas con cuestiones privadas de los acusados, o las que incluyeran en su formulación la respuesta esperada. Depués de esto, han sido reiteradas las ocasiones en las que la jueza ha interrumpido las preguntas para corregir a los abogados por haber incumplido alguna de estas cláusulas.

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NO DEJAR PASAR NI UNA

Evitar "reiteraciones innecesarias", rebajar el tono, cambiar la formulación de las cuestiones o no interrumpir las respuestas de los acusados. Romero no deja pasar ni una. Pero no solo son los letrados defensores y las acusaciones quienes reciben las sugerencias de la magistrada, sino que también se ha dirigido varias veces a los imputados.

La declaración de Diego Torres, exsocio de Urdangarin al frente del Instituto Nóos, ha sido la más larga y tensa hasta el momento. En las más de 25 horas de interrogatorio, la magistrada Romero intervino en diversas ocasiones: "No voy a permitir este clima de crispación". La inquietud de las acusaciones ante las respuestas vagas del imputado provocaron varios encontronazos que la jueza cortó. "Hasta donde sé, el debate lo conduzco yo", dijo Romero. También aprovechó para demandar respeto para el tribunal cuando recordó que "el tribunal va a blindar su independencia, que quede muy claro".    

El interrogatorio del jueves 18 de la acusación del PSPV (los socialistas valencianos) al exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau (número dos de Rita Barberá), también fue escenario de una interrupción por parte de la jueza. Al considerar que las preguntas se alejaban del objeto de la investigación, Romero paró el relato: "En esta sala no se vienen a solventar disputas políticas".

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"MÍREME CUANDO LE HABLO"

El abogado de Diego TorresManuel González Peeters, es el que más diferencias ha mostrado con Romero, con quien se enfrentó el tercer día del juicio, durante la declaración de Matas. Después de unas cuantas interrupciones de Peeters, la magistrada intervino: "Si no le deja usted responder, es imposible que se pueda explicar; es un acoso y derribo lo que está haciendo". 

La reacción incrédula de Peeters, que no se creía las palabras que escuchaba, motivó la advertencia de Romero: "Haga el favor de mirarme cuando le estoy hablando y téngame el respeto que le estoy teniendo yo a usted. Ya son sucesivas las ocasiones y no quiero tener que hacer uso de las correcciones disciplinarias".

La testificación de Tejeiro también contó con un pequeño rifirrafe entre Peeters y Romero. "Cobrando más de 30.000 euros al año, ¿nos quiere hacer creer que usted era un correveidile?". Preguntas como esta impulsaron a la magistrada a pedir por segunda vez al abogado de Torres que moderara sus comentarios.