Madrid le agua el plan a Camacho

Si depende del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, Catalunya no gozará jamás de una «fiscalidad singular» respecto del resto de autonomías, una idea que plantea el PPC de Alicia Sánchez-Camacho cara a las negociaciones del futuro modelo de financiación. Antes de que el jefe del Ejecutivo madrileño se reuniera ayer, a petición suya, con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ambos dirigentes populares conversaron en la sede de su partido en Barcelona y comparecieron ante la prensa con el objetivo dar una imagen de unidad frente a la «deriva independentista» de CiU. Sin embargo, el sucesor de Esperanza Aguirre demostró que en el PP no hay unanimidad a la hora de establecer cómo se debe modificar la redistribución de fondos.

González y Camacho abominaron al unísono de la consulta de autodeterminación («es un gravísimo error que no ayuda a resolver los problemas de Catalunya» y perjudica al resto de España, dijo el primero). También hicieron frente común al reclamar a Mas que establezca «sinergias» con Madrid y se fije en las medidas que allí se aplican para superar la crisis. Incluso coincidieron en calificar de «injusto» el actual modelo de financiación y reclamaron una nueva fórmula en que las comunidades que más aportan no se queden por debajo de la media a la hora de recibir y que limite la solidaridad (¿qué dirá el extremeño José Antonio Monago al respecto?) .

«Superar los agravios»

Pero el entendimiento empezó a rechinar cuando González rehusó la idea de la «fiscalidad singular». Convencida de que una mejor financiación desinflará el independentismo, Camacho defiende ese trato diferente para Catalunya, aunque sin que eso implique salirse del régimen común. Es decir, un oxímoron que el presidente de Madrid desmontó al advertir de que ni él ni el Gobierno de Mariano Rajoy aceptarán «un sistema distinto entre unas y otras regiones».

Y suerte que González dijo que hay que «superar los falsos agravios», porque no dudó en denunciar que Madrid recibe, en su opinión, peor trato que Catalunya por parte del Estado.