Los vasos comunicantes

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Por si alguien todavía pensaba que la campaña del 27-S sería calmada mejor que se vaya haciendo a la idea de que no será así. La entrada de Xavier García Albiol como candidato del PPC solo puede introducir mayor tensión y acritud. Es conocido su mal estilo de hacer política, que, eso sí, puede funcionar a la hora de recuperar votos en el área metropolitana, sobre todo a costa del PSC y, en menor medida, de Ciutadans.

Esa gran fábrica de eslóganes que es Twitter ha adaptado uno de los lemas de Albiol en las recientes municipales 'Limpiando Badalona', en referencia a los inmigrantes, al nuevo escenario y ha acuñado un 'Limpiando Catalunya de independentistas'.

La política catalana ha cambiado rápidamente en los últimos tiempos. Sería un atrevimiento decir que la evolución ha sido a mejor. Los electores serán los encargados de emitir su juicio. Alicia Sánchez-Camacho ya es pasado, aunque más de un adversario e incluso más de un compañero de partido dirían que su retirada empezó el día que salió a la luz su almuerzo en La Camarga. Nadie como ella ha presumido de pactar con Convergència y a la vez es la mejor sacando a Artur Mas de sus casillas. Desde luego si de lo que se trata es de robarle votos a Convergència o a Unió, Albiol no es la persona, por más que en Badalona le votasen también en el centro de la ciudad.

Igual que hay electores convergentes que, en privado, dicen aquello de "nunca votaré a un comunista", en referencia a Raül Romeva, los hay también en ERC que no podrán reprimir las ganas de pasarse a la CUP. Y otros siguen preguntándose quién es Lluís Rabell.

Los vasos comunicantes sumados a la falta de una ley electoral que equilibre mejor la representación, hace que a casi dos meses de las elecciones la sensación sea de espejismo. El Gobierno central insiste en que no votamos sobre independencia, pero en realidad sí lo estaremos haciendo. Y Artur Mas quería seguir como presidente pero, a su pesar, quien lo decidirá será la CUP.