El debate de la austeridad

Los recortes rompen el Gobierno de Francia

Hollande y Valls salen ayer de la reunión conjunta en el Elíseo.

Hollande y Valls salen ayer de la reunión conjunta en el Elíseo.

VIÇENT BATALLA
parís

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La decisión se ha tomado por «consenso absoluto», según informó el Elíseo, pero otras fuentes apuntan a que el primer ministro, Manuel Valls, le dijo el domingo por la noche al presidente francés, François Hollande: «¡O Montebourg, o yo!». La cuestión, sin embargo, es irrelevante. Porque Hollande y Valls estaban decididos a cortar por lo sano tras las contundentes críticas de las últimas horas del ministro de Economía e Industria, Arnaud Montebourg, contra la política de austeridad del Gobierno «impuesta» por la cancillera alemana Angela Merkel.

El resultado inédito de todo ello se produjo ayer por la mañana con la dimisión en pleno del Ejecutivo para que Hollande volviera a encargar a Valls la formación de un nuevo Gobierno, en esta ocasión sin Montebourg, quien anunció desde su ministerio que se iba. Hoy se hará pública la composición del nuevo equipo ministerial.

También abandonan el barco el titular de Educación, Benoît Hamon, y su homóloga de Cultura, Aurélie Filipetti. Esta no dudó ayer en enviar una carta al diario Le Monde para manifestar que prefiere «la lealtad a sus ideales al deber de solidaridad» gubernamental. Hamon, que el domingo participó activamente en la tradicional fiesta de la rosa que organiza cada mes de agosto Montebourg en su feudo de la Borgoña, lo anunció personalmente por la noche en la televisión.

La ya exministra llevaba solo cinco meses en el cargo y su marcha se produce a solo una semana del inicio del curso escolar. La otra víctima de la crisis puede ser la ministra de Justicia, Christiane Taubira, quien logró la aprobación  del matrimonio homosexual en Francia.

MALOS RESULTADOS / A Valls este Gobierno únicamente le ha durado 147 días, desde su nominación en el puesto en abril pasado tras las malos resultados de Partido Socialista en las elecciones municipales. En su momento, Montebourg y Hamon le dieron su apoyo para destronar a Jean-Marc Ayrault como primer ministro a pesar de sentirse lejos de los postulados liberales de Valls. Era una estrategia generacional, de cuarentones o acabados de salir de esa edad, para intentar renovar el partido. Pero, desde entonces, Hollande todavía ha acentuado más su apuesta por un «pacto de responsabilidad» que, de hecho, es un pacto con los actores sociales para hacer recortes y reducir el déficit conforme a las demandas que llegan desde Bruselas.

El peligro del tándem Hollande-Valls es que se queden aislados políticamente. El semanario Le Journal du Dimanche publicaba este domingo una encuesta en la que el presidente volvía a caer a mínimos con solo un 17% de popularidad. Pero el primer ministro también sale afectado porque en un mes pierde nueve puntos y baja al 36%. Del Gobierno ya salieron en abril los ecologistas y tras la victoria de Hollande en el 2012 nunca entraron los comunistas. Ahora, además podrían ausentarse los radicales de izquierda como medida de protesta por la reforma territorial que pretende suprimir los consejos generales, o sea, las diputaciones.

CORTA MAYORÍA / En la Asamblea Nacional, el voto para aprobar un recorte de 50.000 millones de euros en los presupuesto de aquí al 2017 ya se saldó con una corta mayoría de únicamente 16 diputados porque algunos socialistas se opusieron. Son los llamados «contestatarios», que en estos momentos podrían aumentar alimentándose de estos jefes de fila caídos del Ejecutivo. El escenario a evitar para el Elíseo es la disolución de la cámara para convocar elecciones legislativas anticipadas.

Es lo que ha pedido ya la jefa del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que en los pasados comicios europeos se convirtió en el primer partido político francés, con el 25% de los votos. En medio, la derecha de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) se halla en una profunda crisis sin un líder claro tras la incógnita de si el expresidente Nicolas Sarkozy vuelve al primer plano.

En las primarias socialistas celebradas hace tres años para escoger candidato a las presidenciales, Montebourg quedó en tercera posición con el 17% de los votos tras Hollande y Martine Aubry. Valls, que también se presentaba, únicamente obtuvo un 5%. Con este golpe de fuerza, Hollande continúa su viaje al centro acompañado por Valls, pero está por ver si será comprendido por el electorado socialista.