Los españoles rebaten la euforia económica del PP

RAFA JULVE BARCELONA

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No parece que haya más luces navideñas en los balcones que el año pasado. Las hordas de Santa Claus de trapo que se adueñaron de la fachadas en pleno boom económico no han logrado conquistar nuevas posiciones. Mucha gente pasea por los centros comerciales, pero los que llevan bolsas que delatan la compra son poco más o menos los que había en fiestas anteriores. Dice Mariano Rajoy que «estas serán las Navidades de la recuperación», que «la crisis ya es historia» y que solo quedan las secuelas, pero ni la percepción a pie de calle ni, por supuesto, las penurias por las que pasan miles de familias le dan la razón. También los sondeos desmienten cualquier euforia entre los ciudadanos similar a la del presidente del Gobierno: el 81,5% de los españoles consideran que la situación económica del país es mala o muy mala, según el último barómetro del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP).

El 12,8% de los encuestados optan por una posición neutral (ni buena ni mala) y solo un ínfimo 4,9% opina que el estado de la economía es bueno o muy bueno. Entre los más optimistas se encuentran los andaluces, que ostentan el porcentaje más bajo en cuanto a diagnóstico negativo. El 78,4% de los habitantes de esa comunidad comparten pesimismo. Se trata de una cifra muy alta, pero inferior a la media estatal y, especialmente, a ese 90% que se registra en EuskadiCatalunya, con un 83,2% de habitantes que califican de mala o muy mala la situación económica, es la cuarta autonomía, por detrás de la Comunidad Valenciana (85,2%) y de Canarias (83,3%).

Con la carrera electoral del 2015 de trasfondo, el Ejecutivo central se aferra a los datos macroeconómicos (que no a la economía doméstica) para lanzar su mensaje de prosperidad. A su favor cuenta con un dato: la del 81,5% de españoles que definen la situación como mala o muy mala es la cifra más baja en cinco años (en diciembre del 2009 era del 80,2%), lo que no quita que siga estando por las nubes.

Esa pequeña variación tiene a los votantes del PP como principales artífices. En su caso, solo el 56,7% se sitúan en el peor extremo, mientras que el 28,9% no ven ni malo ni bueno el momento económico. Guarismos muy alejados del resto de partidos. El 82,6% de los electores de CiU creen que el tema pinta fatal. A partir de ahí, los fieles del resto de fuerzas políticas se colocan por encima del 90%, con pleno al 100% en ERC.

¿Ha pasado entonces lo peor de la crisis? El 61,4% de españoles sospechan que no, por un 30,2% que ven la luz al final del túnel. Vuelven a ser cifras un poco más optimistas que meses atrás, y de nuevo gracias a los electores del PP, ya que el 51,9% de ellos opinan que tiempo pasado fue peor. Por territorios, gallegos, valencianos y catalanes se temen que quedan chubascos por venir.

Bajo este panorama, y ante una hipotética convocatoria inmediata de elecciones generales, los ciudadanos sitúan a Podemos como el partido que les genera más confianza para solventar la mayoría de cuestiones problemáticas. En porcentajes que tampoco son para tirar cohetes (oscilan entre el 23% y el 23%), los encuestados sostienen que la fuerza liderada por Pablo Iglesias es la que mejor gestionaría la lucha contra el paro, las políticas sociales, la lucha contra la corrupción, la crisis económica... Solo el PP le arrebata el primer puesto en dos cuestiones, la política exterior y el debate sobre Catalunya. En ese último caso, el 15,8% de españoles ven en el PP al partido que mejor puede resolver el entuerto. Es el dato más elevado por partidos. Sin embargo, el 18,1% creen que ningún partido sacará el agua en claro.