El órdago soberanista

Los críticos del PSC redoblan el pulso con su dimisión en Girona

El 'exconseller' Joaquim Nadal, en el Parlament, en una foto del 2011.

El 'exconseller' Joaquim Nadal, en el Parlament, en una foto del 2011.

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA
JOSE RICO / BARCELONA

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La cuerda floja que sostiene débilmente a los diferentes sectores del PSC ha empezado a romperse por el costado que seguramente está sometido a mayor tensión: Girona. Pese a la tregua que parecía imperar en el partido ante la cercanía de las elecciones europeas, los dirigentes díscolos de la federación gerundense escenificaron ayer sus desavenencias con una dimisión en bloque que hizo aflorar nuevamente las hostilidades. Nueve miembros de la ejecutiva provincial y el simbólico presidente de la federación, el exconseller Joaquim Nadal, anunciaron su renuncia a los cargos alegando discrepancias con la estrategia de la dirección de Pere Navarro en la cuestión soberanista. Pero, esta vez, la cúpula no se calló y contratacó acusando a los críticos de no querer aceptar la democracia interna al oponerse a la celebración de primarias para escoger al candidato a la alcaldía de Girona.

Sea cual sea la versión verídica, el órdago de los rebeldes es la culminación de la conflictiva convivencia en esta federación socialista, controlada históricamente por el ala más catalanista del PSC, representada por Nadal, pero que en el último congreso perdió por solo seis votos de diferente frente al candidato oficialista, Juli Fernández, actual primer secretario provincial y alcalde de Palafrugell (Baix Empordà). Entre los nueve dimisionarios se encuentran Manel Nadal y Pia Bosch, que fue alcaldable en Girona en las municipales del 2011 y hoy es portavoz del grupo en el ayuntamiento. «Han secuestrado al partido», proclamó la edila.

Tanto Juli Fernández como el entorno de Navarro señalan a Bosch como origen del motín. «El viejo PSC de Girona no acepta la democracia. No acepta que el nuevo PSC apueste por una nueva forma de hacer política y por dar voz a la renovación», afirmó Fernández. Fuentes de la cúpula aseguran que Bosch maniobró para frenar las primarias locales que la federación ha fijado para junio, y al no conseguir su objetivo, está tratando de forzar la celebración de un congreso extraordinario. Reglamento en mano, el cónclave debe convocarse en un plazo de 60 días si dejan su puesto más del 50% de los 43 miembros de la ejecutiva. Las 10 deserciones de ayer se suman a otras nueve que, a raíz del debate soberanista, se han producido en los últimos meses. En total, 19 bajas. No hay obligación, de momento, de congreso extraordinario. No obstante, la cúpula provincial se mostró proclive a convocarlo si lo reclaman la mayoría de los militantes en las asambleas locales, pero siempre que sea una vez pasadas las primarias en Girona.

PANEQUE SE POSTULA / Para dicha elección interna, Fernández (y Navarro) promocionan a la regidora Sílvia Paneque, que precipitó ayer el anuncio de su candidatura ante la mar gruesa desatada por el sector crítico, que deberá decidir ahora si planta batalla con un aspirante alternativo o deja en manos de los oficialistas una de las pocas plazas de peso que aún conservaba en el territorio. Fuentes de la dirección nacional no dan credibilidad a la versión de los díscolos apuntando que las desavenencias en la estrategia soberanista no son nuevas, y el órdago de ayer a la intención del ala más catalanista del PSC de crear una marca blanca coaligada con los socialistas cara a las municipales del 2015, un plan que el entorno de Navarro rechaza por completo.

El anterior episodio de este larvado conflicto del PSC de Girona tuvo lugar en el 2012, a cuenta de la confección de la candidatura a las autonómicas. Geli forzó la máquina para repetir como cabeza de lista provincial y recabó el aval de la mayoría de asambleas locales, pero la ejecutiva de la federación propuso en su lugar a Fernández. Navarro tuvo que interceder y la tensión se resolvió con un pacto entre ambos del que salió victorioso el jefe de filas y relegó a la exconsellera al segundo puesto.