EL PULSO INDEPEDENTISTA

Lluís Llach en la Ithaca de Germà Bel

El cantautor presenta el último libro de su compañero de Junts pel Sí

Lluís Llach y Germà Bel, durante la presentación del libro de este, en Barcelona.

Lluís Llach y Germà Bel, durante la presentación del libro de este, en Barcelona. / periodico

XABI BARRENA / BARCELONA

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En un espacio público catalán dominado, por un lado, por el 'procés', y, por el otro, por las consecuencias de la crisis y el cambio que supone la revolución tecnológica que está viviendo el mundo existe una isla de pensamiento que, frecuentemente, nada a contracorriente. Se llama Ithaca. Con h. Y no está en Grecia.

"Yo no consigo como otros sentirme en casa en cualquier lugar al que voy", ha expuesto este miércoles Germà Bel en el segundo acto de presentación de su libro 'Cabòries des d’una galàxia ben llunyana (Pòrtic)'. "Yo me siento en casa en tres sitios, en las Terres de l’Ebre, en Barcelona y en Ithaca en el estado de Nueva YorkEstados Unidos, donde se erige la Cornell University", donde él dio clase.

A su lado estaba su compañero de 'pupitre' en Junts pel Sí, el también independiente Lluís Llach. El que musicó el poema de Kavafis con su inmortal pieza 'Viatge a Ítaca'. Esa Ítaca, la griega, que se ha convertido en el símbolo de la Catalunya independiente. Llach, mucho más escorado a la izquierda frente a las tesis liberales de Bel, había trazado, poco antes, un auténtico panegírico admirativo del autor y también del libro.

De Bel ha contado Llach su sentido del humor "que se sufre" por incisivo "en el seno de Junts pel Sí" y, pese a la distancia ideológica que se les supone, se ha rendido a su capacidad analítica.

HUMOR INCISIVO

El humor, en el libro, se ve ya en la portada que hace referencia a la frase de José Manuel Margallo, cuando ejercía de ministro de Exteriores, de que una <strong>"Catalunya independiente vagaría por el espacio"</strong>. Y tiene razón, ha dicho Bel. Lo que no entiende es que, justamente eso, es lo que muchos catalanes quieren. Todo país pequeño vaga por el espacio, como Dinamarca u otros ejemplos, ha sentenciado.

El discurso de Bel es propio y, por tanto, choca con el de unos y el de otros. De un aquelarre independentista como el vivido este miércoles en el colegio Vedruna podría esperarse, si uno se atiene a los tópicos, un ataque al Gobierno andaluz por plantear la semigratuidad de la universidad. Ya saben, aquello de Josep Pla de "y todo esto, ¿quién lo paga?".

Bel ha recordado que si los criterios de flujo economíco entre las comunidades autónomas son "las correctas", Andalucía "debería recibir más dinero; no en vano viven ahí 8,5 millones de personas". Dicho esto, ha añadido que lo que haga el Gobierno andaluz con su presupuestos es algo exclusivamente suyo y no discutible. Y, eso sí, ha acabado con una crítica atroz a la rebaja de tasas universitarias que se ha aprobado, por ejemplo, en Catalunya.

"Sería mejor dedicar ese dinero a la enseñanza primaria en el Raval y el Bon Pastor, porque el problema es que los niños de esos barrios no llegan a la universidad". Y volviendo a Andalucía, ha lamentado que "se haya convertido en un monigote" al que todo el mundo culpa. No solo en Catalunya, "sino también en Madrid".

INSTITUCIONES SIN PODER

Como broche, y al hilo de las rebajas en las tasas universitarias, ha lamentado que en el Parlament se aprueben disminuciones de ingresos sin anteponer equivalentes en el gasto: "Esto no pasa en ninguna parte. El quid es que Catalunya no tiene ningún poder y tiene unas instituciones sin poder. En el Congreso, que es un Parlamento de verdad, lo que se aprueba se aplica. Aunque frecuentemente al revés". Dicho esto, ha mirado a la vicepresidenta primera de la Mesa del Parlament, Anna Simó, presente junto a miembros de Junts pel Sí, como Jordi Turull y el ‘conseller’ de Exteriors, Raül Romeva, y le ha preguntado: "¿Me he pasado, Anna?".