EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Las juventudes y el 'procés'

Las organizaciones juveniles exhiben con más contundencia y entusiasmo que los partidos sus posicionamientos a favor o en contra del 1-O

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Júlia Regué / Barcelona

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Las juventudes de los partidos políticos, o las organizaciones juveniles integradas en sus candidaturas, siempre se han caracterizado por defender sus postulados sin tantos ambages ni paños calientes como puede haber en las tribunas institucionales. Y su análisis en torno al 'procés' y el referéndum unilateral del 1-O no podía ser una excepción. Entre sus cometidos, trabajar por la movilización en un sentido u otro y velar por que sus representantes en el Parlament no retrocedan ni un paso.

A un mes y medio del referéndum anunciado, los grupos juveniles independentistas ya han emprendido su campaña para fomentar el voto por el sí. A diferencia de sus respectivos en la Cámara catalana, la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC) y las Joventuts d’Esquerra Republicana de Catalunya (JERC) han rechazado hacerlo en una alianza, aunque coinciden en actos y charlas sobre el referéndum.

El líder de las JERC, Pau Morales, asegura que es "imprescindible" mantener relaciones "cordiales" con todas las organizaciones independentistas, aunque señala que les es "más útil que cada una se dirija a su entorno a partir de su proyecto social". Eso sí, coincide con el secretario general de la JNC, Sergi Miquel, en responder como un solo bloque "ante las amenazas del Estado". 

Arran, por su parte, ha presentado su campaña con el resto de organizaciones de la Esquerra Independentista, entre las que figura la CUP, y ha apelado a la implicación de los jóvenes para garantizar el 1-0.

Los Joves d’Esquerra Verda (JEV) aún no han decidido su papel en el  eventual referéndum y piden más diálogo para conseguir una consulta vinculante, mientras que la Joventut Socialista de Catalunya (JSC) y Ciudadanos no se sienten "llamados" a las urnas. Los representantes de las tres organizaciones mantienen que los resultados "no podrán considerarse válidos" pues la del 1 -O es una consulta "sin garantías". Por otro lado, las Nuevas Generaciones del PP consideran que en la fecha anunciada por el Ejecutivo de Carles Puigdemont se estará cometiendo un "delito" en forma de "espectáculo televisivo".

Los independentistas aseguran que la clave del éxito de sus campañas está en debatir las demandas a poner sobre la mesa en un eventual proceso constituyente si gana el 'sí'. Para los contrarios a la ruptura es la hora de acabar con el procés y de hablar de lo que preocupa a jóvenes.

"Conseguimos que CDC fuese independentista"

Se enorgullece de que su organización juvenil lograra que Convergència apostara en el 2012 por la creación de un Estado propio y dejara atrás las reclamaciones de más autogobierno propias de la era de los Pujol. "Conseguimos que CDC se declarara independentista", reivindica Sergi Miquel, secretario general de la JNC. Para su organización, la independencia "nunca ha sido una cosa accesoria, sino el palo sobre el que construir", y admite que eso generaba tensiones entre el partido y sus juventudes, discrepancias que se han ido allanando con el tiempo. El líder de estos jóvenes nacionalistas, confía en que "la historia llegará algún día" para los independentistas y, por el momento, se prepara para acudir a las urnas el 1-O "como un ciudadano cualquiera".

Miquel es también diputado en el Congreso y tiene claro que sus obligaciones en Madrid no se zanjan el primero de octubre: "Lo que tenemos que hacer al día siguiente es buscar complicidades para facilitar la gestión de los resultados. Decir que nos vamos es muy potente a nivel internacional, pero tenemos que negociar", argumenta, y añade que el 2 de octubre "no nacerá un país sino que empezará la creación de un país".

"Nos hemos preparado para esto toda la vida"

Su convencimiento por el 'sí' subyacía mucho antes que el anuncio de la pregunta del referéndum: "Hace tantos años que somos independentistas que nos hemos preparado para este momento toda la vida", asevera Pau Morales, portavoz nacional de las JERC. Su organización ya ha emprendido su campaña para conseguir "el voto masivo" en las urnas el 1-O y lo ha hecho sin esteladas ni alegatos patrióticos: "Debatiremos para decidir sobre todo lo que nos afecta como jóvenes, pero no mostraremos símbolos. De banderas no se come", justifica Morales. 

Para el miembro de las juventudes de ERC la encrucijada solo puede resolverse con votos. "Los que quieren superar el régimen del 78 tiene dos opciones: resignarse y esperar o pasar por encima de los miedos y las prohibiciones y avanzar como país", plantea, y lo contrapone a un Estado que, según él, "boicotea y asedia" a Catalunya. Por el contrario, defiende que el Govern "va a todas" y destaca el papel de las entidades soberanistas al azuzar la movilización en las calles. "Vamos a conseguir un proceso de cambio real, la ciudadanía no aceptaría una transición como la española a estas alturas", zanja.

"Disfrutaré de un domingo cualquiera"

"Seguramente no saldré de casa. Estaré disfrutando de un domingo cualquiera con mi familia y sin ninguna otra preocupación que ver cuáles serán las reuniones que tendré el lunes siguiente", augura el diputado de Ciutadans en el Parlament, David Mejía, cuando se imagina su actividad durante el 1-O. Sobre los preparativos para la celebración del referéndum, considera que el Govern "está perdido" y le reclama que "destine los recursos de la consulta a solucionar los problemas reales de los jóvenes", al mismo tiempo que condena que "lleven siete años hablando del proceso".

"Hay incertidumbre e inseguridad porque el Govern nos está llevando a un callejón sin salida. Ni ellos mismos saben qué dirección tomar", afirma, y critica que "se ponga en peligro la convivencia entre los catalanes y el trabajo de los funcionarios". "Solo hay una legalidad, la de nuestro país, que es España", lanza al bloque soberanista. También defiende, ante la anunciada tramitación de las leyes de desconexión en el Parlament, que la justicia intervenga. En la línea que manifiesta su partido, mantiene que la convocatoria de elecciones "es la única salida para parar la rueda del hámster procesista".

"No nos sentimos llamados al 1-O"

"Hay un problema de encaje innegable, pero la solución que hay sobre la mesa es saltarse la ley", denuncia el primer secretario de la Joventut Socialista de Catalunya (JSC)Pol Gibert. En su opinión, la actuación del Govern es un "despropósito". "Las idas y venidas constantes del Ejecutivo solo evolucionan hacia la división de la sociedad", mantiene Pol Gibert

En este sentido, el  1-O es una fecha que le "preocupa" a su organización: "No nos sentimos llamados a un referéndum que no está convocado y que no tiene censo ni puntos de votación", argumenta, al tiempo que se pregunta "si se puede obligar a alguien a presidir una mesa electoral cuando el referéndum no cumple con la legalidad". Para el también diputado en el Parlament "no se puede perder más tiempo chocando contra un muro", por lo que pide negociación y diálogo a los dos Ejecutivos para abandonar la vía judicial y buscar una solución política. 

Gibert resuelve que es el momento de reformar la Constitución y empezar a sentarse a hablar de universidades, ocupación, vivienda e infraestructuras. "Nadie garantiza que un país independiente sería de izquierdas", concluye.

"No valoramos los resultados como válidos"

La coordinadora nacional de Joves d'Esquerra Verda (JEV) pone el freno y, aunque defiende que "hay una necesidad de la sociedad catalana para que se cumpla el derecho a decidir", el planteamiento del 1-O no le convence. "No podemos tener prisas. Es una improvisación que no deja claro su objetivo ni sus pasos a seguir", explica Montserrat Mompió

Por ello, asegura que la organización que representa "no reconocerá los resultados del 1-O como válidos" porque "es un referéndum sin garantías". En este sentido, defiende que "hay que seguir presionando al Estado y seguir acumulando reconocimiento internacional", buscando aliados en el Estado y en el resto de Europa. "Es más lento de lo que algunos querríamos, pero se necesita más diálogo y más consenso", mantiene.

Para Mompió, está claro que el referéndum anunciado "no va a resolver el problema político", y denuncia que "Junts pel Sí y la CUP hayan dado una patada hacia delante que empequeñece el espacio que debería de ser amplio y apelar al 80% de las personas que quieren decidir". Por el momento, su organización no ha decidido qué papel jugará el 1-O -lo debatirán en septiembre-, pero descarta una "campaña participativa" en las urnas y pronostica una posible movilización.

"Ahora el TC es más necesario que nunca"

Para el coordinador de las Nuevas Generaciones del PPC el 1-O será "un día cualquiera". Carlo Angrisano comerá con su familia y avanzará las tareas de la universidad. Asegura que el referéndum previsto es un "delito en forma de espectáculo televisivo" orquestado por la "tribu" que dibuja Karl Popper, que, según él, conforman el PDECatERC y la CUP: "La tribu es el mayor peligro para el progreso porque quiere decir que no estamos en una sociedad democrática, sino que hay un líder que toma las decisiones y la sociedad se libera de hacerlo", relata citando al filósofo liberal.  

"Solo voy a votar cuando hay una votación real, y esta no lo es", reitera el miembro de Nuevas Generaciones, y lamenta que los soberanistas "no entren en razón". "Es un momento político muy duro porque se está jugando con la sensibilidad y los sentimientos de las personas a consciencia de que esto no va a ir a ninguna parte", mantiene, y condena que se esté instalando "una clima de tensión en Catalunya, si puede ser de violencia del lado independentista", porque estos "buscan que se les martirice". "No hay nada que les haría más felices que ser detenidos", asegura Angrisano. Ante estas consideraciones, defiende que "ahora el Tribunal Constitucional (TC) es más necesario que nunca".

"Con el 1-O no se acaba el 'procés' soberanista"

"El referéndum, si gana el 'sí', no conlleva de facto un cambio en las condiciones de la clase trabajadora sino que será el proceso constituyente el que recogerá sus aspiraciones", explica la portavoz de la organización juvenil Arran, que pertenece al movimiento de la Esquerra Independentista del cual también forma parte la CUP

"El 1-O no se acaba el 'procés', sino que debe comenzar una etapa de movilización", incentiva Mar Ampurdanès, quien desconfía de que las instituciones catalanas acaten el resultado de las urnas: "Hace falta organización en las calles para que la Generalitat no haga un paso atrás. Cuanto más se dilate la aplicación de los resultados más fácil es que salgan excusas o discursos que disculpen su no aplicación", argumenta, aunque defiende que "si el pueblo está convencido, esto no tiene freno". Ampurdanès considera que los jóvenes deben ser la "punta de lanza" y avisa al Govern de que, para ellos, "no ejercer el mandato popular es realmente antidemocrático, más que desacatar una ley española".

Arran considera que "el Estado es irreformable" y que el 1-O es una "oportunidad para darle contenido a la palabra democracia, un día en que la gente salga a la calle, participe y se haga suya la política".