Junts pel Sí rechaza negociar el modelo educativo con la CUP en los presupuestos

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FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El grupo parlamentario que apoya al GovernJunts pel Sí, ha delimitado con claridad lo que está dispuesto a negociar y en lo que no está dispuesto a ceder ante la CUP respecto de los presupuestos. Y la cuestión está clara: JxSí se prepara para debatir con los 'cupaires' determinadas cantidades de dinero adicional en una u otra 'conselleria', pero no aceptará poner en cuestión el modelo actual de gestión de las principales áreas de gestión: la educación, la sanidad y los servicios sociales. Eso sí, en JxSí temen que las movilizaciones inminentes de varios sindicatos educativos, coincidiendo con los debates presupuestarios en el Parlament, generen una presión adicional sobre los anticapitalistas que dificulte los acuerdos.

Junts pel Sí mantiene su optimismo cara al resultado final de las negociaciones. En el Govern existe cierto convencimiento de que, en un año decisivo con un referéndum que se quiere vinculante a la vista, sería incomprensible que la CUP volviera a vetar las cuentas como hizo con las del 2016. "Y sobre los modelos educativo o sanitario ya discutiremos durante el proceso constituyente", apuntan.

El optimismo se basa en la voluntad de abordar con los cuperos con todo el detalle que sea necesario los retoques que convengan a los presupuestos. Pero sin cambiar la actual arquitectura de la educación (un modelo en el que la escuela concertada y la privada juegan su papel) y la sanidad (con la participación privada en determinadas áreas).

LA PRESIÓN 'CUPAIRE'

JxSí, no obstante, seguirá teniendo enfrente a la CUP en su intención de cuestionar el papel de la iniciativa privada. La diputada 'cupaire' Eulàlia Reguant ya advirtió hace unos días: "En los servicios públicos se siguen primando empresas, fundaciones y consorcios alejados del control público y ciudadano. En eso no coincidimos". En el discurso, Reguant criticó el modelo de gestión mixta "que para algunos es exitoso, pero que es de éxito para quienes gestionan el sector privado". En concreto, respecto a la educación recogió la exigencia sindical de dotar al sistema de 6.000 profesores más. "¿No tenemos 140 millones de euros para esto?" En el discurso incluyó también la conocida exigencia -compartida con el PSC y Catalunya Sí que es Pot- de que el Govern modifique al alza determinados impuestos, como el tramo más alto del IRPF, sucesiones y patrimonio. "No se pueden mantener los privilegios durante 30 años y pretender ganar el referéndum", avisó.

Inmediatamente después de prestar su apoyo al Govern para salvar las enmiendas a la totalidad de toda la oposición, la CUP registró enmiendas al proyecto para reorientar el destino de 760 millones de euros, y de ellos dedicar 626 millones a políticas sociales. Y entre las exigencias que siguen pendientes de un eventual acuerdo con el Govern, la de implantar una renta garantizada de ciudadanía como derecho subjetivo, es decir, que la reciba todo ciudadano que reúna los requisitos.

LA PRESIÓN SINDICAL

El discurso de la CUP pone sobre todo el acento en el papel de la iniciativa privada en el modelo educativo. En este sentido, en JxSí existe una notable preocupación por la influencia que pueda tener en la CUP la  huelga convocada en la comunidad educativa. Una primera movilización, previsiblemente minoritaria, ha sido convocada por la CGT para el día 18, coincidiendo expresamente con la semana en la que el Parlament comenzará a discutir las cuentas 'conselleria' por 'conselleria'. Pero la huelga que se prevé de seguimiento masivo es la que convocan la mayoría de sindicatos de maestros para el 9 de febrero para exigir dar marcha atrás a los recortes aplicados a la educación. Teme Jx Sí que los 'cupaires' adopten una actitud más exigente si la movilización tiene calado y cuenta con el apoyo de otros grupos parlamentarios de la izquierda. "Se puede producir un intento de alianzas entre varios frentes", apuntan en JxSí.

El principal antídoto con el que cuenta el Govern se llama referéndum. No en vano desde el verano pasado la CUP lanzó mensajes favorables a aprobar las cuentas si se incluían en ellas partidas económicas explícitas en favor de la consulta del 2017.

PRESUPUESTOS SOCIALES O NO TANTO

Respecto a la apuesta social de las cuentas, por un lado el Govern vende que el 77% del incremento que experimentan las cuentas se destina a políticas sociales. Y en cifras absolutas, que se destinan 1.170 millones más que en el año anterior. También sostiene que el incremento o creación de tasas generarán 110 millones adicionales a partir de la aprobación del proyecto (que serían 180 si se cobraran durante un año entero). Frente a ello, la oposición de izquierdas echa en falta -más allá de las tasas creadas o aumentadas- una reforma fiscal en profundidad que grave más a las rentas más altas, cuya realidad se ha incrementado en los años de la crisis. Cabe recordar además que en relación a presupuestos anteriores, el del 2017 todavía queda lejos de revertir los períodos de recortes de los gobiernos de Artur Mas. En concreto, el gasto social es un 7% inferior a las cuentas del 2010.