LA SINUOSA SENDA DEL DERECHO A DECIDIR

El vaivén del referéndum

Rabell y Puigdemont, en el Palau de la Generalitat, ayer.

Rabell y Puigdemont, en el Palau de la Generalitat, ayer.

FIDEL MASREAL / ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Corren tiempos de zozobra y cambios rápidos. Incluso de giros en círculo. Una ojeada a la hemeroteca lo certifica. No se trata de ir veinte o diez años atrás sino tan solo a noviembre del pasado año, cuando los partidos independentistas votaron la famosa declaración de "desconexión" , anulada por el Tribunal Constitucional poco después, el 2 de diciembre.

Ciutadans, PSC y PP rechazaron rotundamente la resolución rupturista. Y Catalunya Sí que es Pot ofreció su receta basada en un referéndum pactado. Pues bien, si este jueves este plan fue apoyado por Junts pel Sí, once meses atrás merecía la siguiente valoración por parte de Raül Romeva, portavoz del grupo en ese debate: "Pese a coincidir con la necesidad de dar respuesta a la urgencia social y dar inicio a un proceso constituyente, entendemos que la propuesta de pedir nuevamente un referéndum ha quedado ya superada por los hechos, de manera que no podemos votar de forma favorable".

Era el 9 de noviembre del pasado año. Junts pel Sí se oponían a la vía refrendaria de los 'comuns'. Anna Gabriel, representante 'cupera', se mostraba todavía más crítica: "Nos preocupa que vuestro referente siga siendo la mayoría reforzada de los dos tercios para modificar la Constitución y nos preocupa que a vosotros os preocupe combatir la insurgencia, porque entendemos que esto no es lo que han de querer las izquierdas". Los 'cuperos' fueron los únicos que no votaron en contra de la propuesta de Sí que es Pot y se abstuvieron, igual que hicieron el pasado jueves.

ONCE MESES DESPUÉS...

Gabriel, en noviembre, advertía a los 'comuns': "Pasadas las elecciones españolas os daréis cuenta que vuestra gente es también nuestra gente". En efecto, han pasado no unas sino dos elecciones españolas, con sendas victorias de En Comú Podem. Ya en la noche electoral del 20 de diciembre, el líder convergente Artur Mas lanzaba un cable: "Tenemos que sumar a esta victoria de En Comú Podem el resultado de Esquerra Repubilcana y de Democràcia i Llibertat, por tanto este concepto del derecho a decidir estará muy presente en los próximos tiempos". Es decir, iniciaba la recuperación de la "pantalla" que el independentismo daba prácticamente por superada cuando concurría a las elecciones llamadas plebiscitarias del 27 de septiembre del 2015.

Esta vez sí, tras once meses, Junts pel Sí se une a la CUP para defender un referéndum sí o sí, pero mantiene la puerta abierta a la iniciativa que plantea un referéndum ("que cuente con las máximas garantías de inclusión" social y busque el reconocimiento "previo" de la UE y la comunidad internacional para que tenga efectos). Y Puigdemont recibe así la iniciativa de Sí que es Pot: "Una propuesta de resolución en la que podemos estar de acuerdo sobre la vía de definir el futuro político de Catalunya". Acercamiento pese a las diferencias que persisten porque, según añadía el 'president', JxSí y la CUP mantienen su 'plan B' -el referéndum no pactado- para "no esperar una conjunción astral en España".