EL PULSO SOBERANISTA

Junts pel Sí cierra filas con Mas y sale a contratacar a la CUP

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Las relaciones entre Junts pel Sí, y en especial entre Convergència y la CUP, han entrado de lleno en el terreno de la desconfianza mientras sigue la cuenta atrás para evitar elecciones. Tan solo restan 41 días para que un acuerdo salve la posibilidad de acudir de nuevo a las urnas y, tras la invectiva de la CUP en la reunión de militantes en Manresa, en Palau y en CDC cunde ya el pesimismo, además del enojo hacia los anticapitalistas.

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Algunos dan por prácticamente perdida toda opción de llegar a un acuerdo con la CUP con Artur Mas como 'president'. Es más, ya hay quien se pregunta si ese acuerdo sería bueno para dar estabilidad al proceso soberanista, porque pondría al 'president' en manos de una formación anticapitalista, dado que con la CUP deberían no solo acordar la investidura, sino votaciones clave como los presupuestos. Otros todavía dejan cierto margen al pacto si finalmente, en el último segundo, los anticapitalistas se dan cuenta de que su negativa a Mas lleva inequívocamente a unas elecciones de las que el independentismo, afirman estas voces, les haría directamente responsables.

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En el plano de las declaraciones públicas, los tonos del enojo se acentuaron. El contrataque de Junts pel Sí se decidió en una relativamente breve reunión de la cúpula del grupo parlamentario. La estrategia de la coalición fue atacar a la CUP donde más le duele: cuestionando su coherencia. Lo hizo Raül Romeva, en una comparecencia junto a una docena de diputados del grupo, y afirmó con contundencia: “Hemos de ser claros e instar a la CUP a demostrar, por la vía de los hechos, su voluntad de acuerdo; hasta ahora hemos hallado una situación algo confusa sobre qué voluntad hay detrás”. De ahí que acusase a los anticapitalistas de moverse únicamente por el objetivo de echar a Mas.

ALEGORÍA CONTRA LA CUP

El propio afectado, el 'president' en funciones, también puso en la diana a la CUP aprovechando un acto oficial. "¿A quién se tiene que hacer un reproche, a quien te ataca o al amigo que lo presencia, escucha o calla y no te sale a defender?", se preguntó durante el discurso inaugural del Any Llull. A continuación, evocó la alegoría de cómo "la unión hace la fuerza" que defendía Ramon Muntaner en una de sus crónicas para extrapolarla a la Catalunya actual y criticar a quien "no practican la unión ante el reto que el país tiene por delante".

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Anna Gabriel","position":"DIPUTADA DE LA cup","text":"\"Hay muchas l\u00edneas rojas que pone Converg\u00e8ncia pero a las que ERC no se opone ni discute\""}}

Para intentar esquivar tantos dardos, la CUP se revolvió a última hora del día con un comunicado en su página web en el que desvelaba cinco fórmulas alternativas para que Mas no sea 'president', o lo sea sin rango preeminente: un presidente de consenso (que sugieren que sea Raül Romeva), un "liderazgo político coral" que divida el Govern en tres grandes áreas, una presidencia rotatoria, una copresidencia o la designación de Mas como "comisionado para la internacionalización del proceso".

El pesimismo reina en Convergència y Junts pel Sí, que únicamente ven viable la opción de que en el último instante, dos diputados de la CUP accedan a votar a Mas al ver ante sí que la opción de las elecciones es real y que no hay alternativa a la figura del líder convergente. “Han roto la baraja” es una de las expresiones contundentes que ayer trascendían del entorno de Mas. En ERC también existe malestar respecto a la formación anticapitalista como ha trasladado el diputado Joan Tardà acusándoles de echar por tierra el proceso soberanista.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Mariano Rajoy","position":"PRESIDENTE DEL GOBIERNO","text":"\"Todas las salidas son malas. El disparate se ha instalado en algunos dirigentes pol\u00edticos catalanes\""}}

EL FACTOR ÚLTIMO MINUTO

Sólo de forma discreta algunos integrantes de Junts pel Sí son capaces de ver la posibilidad de que ante la disyuntiva de ir a unas nuevas elecciones en marzo de pronóstico incierto, en especial si el resultado de CDC en las generales no es satisfactorio, creen posible la opción de un paso atrás de Mas, que solo él podría ejecutar de forma unilateral. Pero hoy por hoy lo único cierto es que el tiempo corre y las ya complejísimas negociaciones entre unos y otros incorporan un virus que las dificulta todavía más: el de la desconfianza pública y notoria.