Julián Muñoz continuará en prisión al revocarle la Audiencia de Málaga el tercer grado

Entiende que su estado no es terminal y podría seguir delinquiendo para aflorar el dinero obtenido durante su paso por el Ayuntamiento de Marbella

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La Audiencia de Málaga ha revocado el tercer grado a Julián Muñoz que le concedió hace unas semanas el juzgado de vigilancia penitenciaria alegando y por motivos de salud. En un auto dado a conocer hoy, y siguiendo el criterio marcado por la Fiscalía, la Audiencia apunta a que su estado de salud es incurable “pero no terminal”, por lo que no hay motivos para ello. Y se muestra muy dura la permanencia de la “peligrosidad criminal” de Muñoz: aunque ya no podrá cometer delitos en razón de su cargo político, sus capacidades mentales no han mermado y para hacer aflorar parte del dinero que mantiene oculto, tendría que cometer nuevos delitos de blanqueo. 

El auto dictado por la Sección Tercera  de Málaga entiende que no se cumplen los requisitos necesarios para el otorgamiento del tercer grado penitenciario, dado que tampoco existen razones humanitarias o de dignidad personal que justifiquen la progresión en grado del interno, ya que los forenses coinciden en que su estado es grave pero no terminal.

DETERIORADO ESTADO DE SALUD

El cuadro clínico del exalcalde de Marbella incluye una “pluripatología de carácter grave e incurable”, en la que destacan entre otras diabetes, hipertensión, episodios de ictus sin secuelas neurológicas o insuficiencia venosa crónica. Unas dolencias que desde el pasado año han provocado que tenga que abandonar la cárcel en numerosas ocasiones para ser atendido en un centro hospitalario.

El informe del forense de su defensa reconoce que el estado de Muñoz ha empeorado de forma “rápida e importante y progresiva” en los últimos siete meses, “no pudiendo descartarse un cuadro súbito e inesperado como complicación de las enfermedades que sufre, que ocasione la muerte o secuelas graves a corto plazo”. Pese a eso, la sala entiende que solo cabe hablar de hipótesis e insiste en que “en el momento actual no se puede considerar en estado terminal” y tampoco se puede dar un pronóstico vital con precisión.

Asimismo, considera el tribunal que dichas enfermedades de carácter crónico no le impiden “llevar una aceptable calidad de vida, desempeñando diferentes destinos y participando en distintas actividades” siempre que no requieran una actividad física intensa o la deambulación prolongada, por lo que “las graves dolencias no poseen la entidad suficiente como para justificar la progresión” del grado de clasificación penitenciaria.

En esta línea, la Audiencia insiste en que las limitaciones médicas son solo para el esfuerzo físico, no para actividades que “solo necesiten de sus capacidades psíquicas, que no se encuentran afectadas de manera relevante”. Así, estima la sala que el hecho de que el penado esté desconectado de la vida política conlleva que “probablemente no pudiera perpetrar delitos como los que cometió en su día”.

Sin embargo, como sus facultades intelectivas no se encuentran afectadas, y dado que “de dicha actividad delictiva obtuvo ingentes cantidades de dinero que no se han podido recuperar -y que muy probablemente se encuentran ocultas-, no es descabellado pensar que podría intentar hacerlas aflorar de alguna manera -blanqueándolas- lo que determinaría la posible comisión de nuevos hechos delictivos”, concluye el auto, que ordena que se mantenga la continuidad en segundo grado.

DE NUVO EN EL BANQUILLO

Julián Muñoz lleva ingresado en prisión desde 2013, cuando se hizo pública la sentencia por el caso Blanqueo en el que fue condenado a siete años de cárcel junto a sus exparejas Maite Zaldivar y Julián Muñoz.  También ha sido condenado por el caso Malaya (dos años de cárcel) y el caso Minutas (siete años de prisión), por el que pidió un indulto que le fue denegado.

En los próximos días se sentará en el banquillo de nuevo por el denominado caso Fergocom por contrataciones de obras irregulares en Marbella, donde se enfrenta de nuevo a una condena de 11 años de cárcel.