JUICIO POR EL EXPOLIO DE UNA INSTITUCIÓN

Millet aprovechó la compleja estructura del Palau para saquearlo

Los interventores de la Generalitat aseguran que las auditorías solo detectaron defectos de forma, pero no el fraude millonario

Fèlix MIllet se dirige en silla de ruedas a la Ciutat de la Justícia.

Fèlix MIllet se dirige en silla de ruedas a la Ciutat de la Justícia.

J, G, ALBALAT / BARCELONA

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Los interventores de la Generalitat que analizaron el saqueo del Palau de la Música han asegurado este martes en el juicio que los que fueran máximos responsables de la entidad, Félix Millet Jordi Montull, pudieron desviar fondos públicos del consorcio en el que están presentes las administraciones por la compleja estructura del auditorio. Y es que el Palau estaba formado por la Associació Orfeó Catalá, que no estaba auditada, por la fundación del mismo nombre y el consorcio del que eran miembros la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Cultura y la Diputación de Barcelona. Los auditores solo detectaron defectos de forma, no el fraude millonario.

Los dos acusados dispusieron ilícitamente de 3,6 millones de euros de dinero público entre 1988 y el 2009. 2,4 millones salieron a través de la cuentas corrientes con cheques al portador y los 897.000 euros con facturas mendaces con las que se justificaron obras en las viviendas particulares de Millet y Montull y el resto a través de otras operaciones. Se ha recuperado parte de este dinero. Los interventores explicaron que para hacer su análisis tuvieron acceso a las facturas halladas en el Palau de la Música y a la información facilitada a petición suya, por varios de los proveedores de la entidad. 24 de 26 contestaron. Y algunos de ellos ya les manifestaron que no habían hecho obras en el auditorio y sí en las viviendas de los dos investigados o familiares. También hablaron con los trabajadores que iban a cobrar los cheques y que les explicaron que el dinero en efectivo lo entregaban en el departamento de contabilidad de la entidad cultural. Varios cheques estaban firmados por Montull y otros por Millet e, incluso, algunos de ellos tenían el sello del consorcio.

NADIE SE DIO CUENTA

El fiscal Emilio Sánchez Ulled ha preguntado a los interventores una cuestión que mucha gente se pregunta: "¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta de las irregularidades?". Los peritos han sido claros: "Por la misma estructura que tenía el Palau, con tres entidades jurídicas diferentes (asociación, fundación y consorcio). Y el Orfeó no estaba auditado. El fallo es que la cúpula de las tres era la misma ( Millet y Montull) y una misma persona podía ordenar el traspaso de dinero de un lugar a otro. Además, el auditor de una entidad, como, por ejemplo, el de la fundación, no puede acceder a la contabilidad de otra, por ejemplo la fundación". Es decir la compleja estructura facilitó la defraudación. La auditoría del consorcio solo detectó defectos formales de contratación, nada más.

El fiscal sostiene que Millet y Montull, el primero "en cuanto que máximo responsable ejecutivo del consorcio como de la asociación", y el segundo "en tanto que máximo responsable administrativo de ambas", ordenaron salidas de fondos públicos del consorcio que "aparentemente vestían como aportaciones a la asociación", pero que en realidad, "no llegaron a su destino". Los fondos, considera la acusación pública y "conforme a un plan preconcebido", fueron a parar a su "lucro articular".