Seismo en la Monarquía

El juez ordena a la policía que rastree si hay correos ocultos de Urdangarin

El juez José Castro, instructor del 'caso Palma Arena', a la salida de los juzgados de Palma, en febrero.

El juez José Castro, instructor del 'caso Palma Arena', a la salida de los juzgados de Palma, en febrero.

MARISA GOÑI / PALMA
J. G. ALBALAT / BARCELONA

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El juez José Castro ha ordenado a la policía que revise una copia de seguridad del ordenador incautado en el registro al domicilio de Diego Torres que permitirá obtener todos sus correos electrónicos, incluidos los que intercambió con Iñaki Urdangarin. La decisión del magistrado instructor del caso Palma Arena se produce en medio de la tormenta de acusaciones y desmentidos entre los dos exsocios y personas de su entorno sobre presuntas presiones para silenciar el contenido de nuevos e-mails comprometedores para la familia real a cambio de una compensación económica millonaria para Torres.

Hasta la fecha, la investigación había centrado sus pesquisas en los discos duros internos de los ordenadores incautados en los registros practicados en el Instituto Nóos, sus empresas instrumentales y domicilios particulares, entre ellos el del exsocio del duque. Los correos almacenados en estos dispositivos están fechados mayoritariamente a partir del 2008 y no había sido posible tener acceso al intercambio espistolar anterior. La limitación de los equipos técnicos disponibles por parte de la Policía Judicial en Mallorca había imposibilitado ir más allá.

Para superar esos escollos, Castro ha ordenado en una reciente providencia que el grupo de pericias informáticas de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía obtenga toda la información posible del dispositivo time capsule, una especie de disco duro externo en la que se guarda una copia de seguridad del ordenador.

COTEJAR EL MATERIAL / La intervención especializada de la policía permitirá retrotraer el terminal de Torres a épocas previas al 2008 y acceder a la totalidad del contenido que ha llegado a almacenar durante años de uso. Según indicaron fuentes de la investigación, la tarea de revisión de la copia de seguridad se llevará a cabo en Madrid y dada su complejidad, no se sabe si el material estará disponible para su estudio antes de la declaración de Diego Torres, prevista para el próximo 22 de mayo. Una vez sustraída la información, el juez prevé que pueda ser contrastada con el contenido original por parte de Torres. Además de los correos rescatados por la investigación hasta la fecha, que han permitido conocer manejos económicos, financieros y laborales poco ortodoxos del entramado Nóos, en las diligencias constan también los cinco correos aportados recientemente por el letrado de Torres, Manuel González Peeters, en los que Urdangarin comenta a su entonces socio diversas mediaciones del Rey a través de la infanta Cristina. Entre ellas, se citan las supuestas gestiones del Monarca para obtener apoyos para una segunda escudería española para la Copa América, denominada Ayre, que finalmente no cuajó.

Estos correos, según la defensa de Torres, salieron de un ordenador viejo que estaba en una bolsa para tirar y que la policía no incautó. Lejos de constituir un primer aviso de un chantaje, el letrado de Torres sostiene que con estos correos del 2007 se quiso refrescar la memoria de Urdangarin y algunos antiguos colaboradores sobre la labor de duque tras la aparente salida de Nóos en el 2007. En definitiva, «se ejerce el legítimo derecho de defensa», según el escrito remitido al juzgado por González Peeters, quien niega que oculte en la recámara 200 correos más. Sí admite que se han hecho varias copias de seguridad de ese viejo ordenador y que están depositadas a buen recaudo para garantizar la defensa de su cliente. Está por ver si estos

correos, que ya obran en las diligencias, aparecen en el nuevo rastreo policial de la copia de seguridad del ordenador de Torres. Y lo que es más relevante, si aparecen nuevos e-mails que ayuden a esclarecer la causa o pongan en mayores aprietos al Rey.

LA ESTRATEGIA / Mientras avanza el calendario se estrecha el margen de tiempo que les resta a Urdangarin y Torres para alcanzar un acuerdo sobre el reconocimiento de culpa y la reparación del daño a las administraciones por el dinero malversado. Su objetivo es trasladar un pacto de conformidad conjunto con la Fiscalía, con el propósito de eludir el ingreso en prisión. Aunque las relaciones entre ambos están muy deterioradas, los canales de comunicación a través de terceros se mantienen abiertos. Quedan 12 días para la declaración de Torres ante el juez Castro y a estas alturas nadie se atreve a hacer pronósticos sobre si volverá a callar, tirará de la manta o acudirá con un guión pactado con quien fuera su amigo y socio.