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Las escuchas delatan al exalcalde de Santa Coloma en el juicio del 'caso Pretoria'

ÁNGELES VÁZQUEZ / MADRID

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El exalcalde de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz se mantuvo firme ante el tribunal del 'caso Pretoria' y negó la mayor: "Nunca he utilizado el ayuntamiento para manipular un concurso, ni he tenido empresarios de mi entorno, ni he permitido ningún beneficio a costa del ayuntamiento de nadie". El problema es que esa contundencia, con la que también negó haber permitido que el presunto cerebro de la trama, el exdiputado Luis Andrés García, 'Luigi', dirigiera el consistorio, quedó muy en entredicho cada vez que la fiscala Ana Cuenca contraponía a su frase categórica un fragmento de las conversaciones telefónicas que se le intervinieron durante la instrucción.

"El Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet lo dirige el alcalde, el pleno del Ayuntamiento. En esa época y espero que en todas las épocas", fue su respuesta a la pregunta de la fiscalía de si quien tomaba las decisiones urbanísticas era 'Luigi', con el que dijo que hablaba de "temas de los que hablan los amigos: de lo que a uno le afecta, de cómo está, del trabajo". Pero de pliegos, ni con él ni "con nadie". Acto seguido el ministerio público pedía escuchar cómo 'Luigi' comentaba con Muñoz cómo habían ido sus gestiones en el ayuntamiento en relación con un informe de la operación Pallaresa.

Por esta operación, Muñoz está acusado de haber recibido 1.728.062 euros en comisiones directas o a través del disfrute de un inmueble anexo a su domicilio, adquirido por la empresa de Josep Singla, Proinosa, o de las obras que realizó en su vivienda en Rupià (Baix Empordà) y que facturó una sociedad de 'Luigi'. La línea de defensa del exregidor, que se enfrenta a seis años y 10 meses de cárcel, pasó por asegurar que la operación urbanística se aprobó antes de que él accediese a la alcaldía en funciones, en febrero del 2002.

PROYECTO NO ADECUADO

Y con increíble aplomo, defendió que las modificaciones que sufrió el plan se debían a que el proyecto inicial no se acomodaba a las necesidades del municipio, porque preveía un centro comercial, cuando los dos más grandes de Barcelona están a menos de un kilómetro, y los hoteles de cuatro estrellas se encuentran al sur de la ciudad, que es donde se celebran los grandes congresos. Además, las 40 viviendas protegidas previstas eran insuficientes para una ciudad "que no tiene suelo" y de donde "la gente joven se tiene que ir". 

El acusado se negó a responder a preguntas sobre las conversaciones telefónicas intervenidas, al haberlas impugnado. Pero la contundencia, muy convincente, con la que se expresaba quedaba desmentida con su audición. En una de las que mantuvo con García (para el que se piden ocho años de cárcel) hablan de Singla (11 meses de prisión) y se oye a Muñoz decir "yo lo que quiero es que se postre a mis pies" y "menos lloriqueo y más agradecimiento". En otra, tras haber negado que pensara despedir a la interventora municipal que se oponía a una de las modificaciones del proyecto, se le escucha con nitidez insultarla y plantear a 'Luigi' "echarla".

TRES SOBRES

Pero la que le ha dejado totalmente en evidencia es la charla en la que pide tres sobres con distintas cantidades de dinero al propietario de Limasa, Manuel Carrillo, tras comunicarle que el servicio de limpieza de edificios municipales sería suyo. Muñoz señaló que era para entregárselo a una entidad cultural y reconoció que se equivocó al pedir esponsorizaciones. Sostuvo que quiso que la adjudicación fuera para Limasa porque la empresa competidora había sido fundada por 'Luigi' y no quería que se interpretara que beneficiaba a su amigo. 

Anticorrupción sostiene que la madre del alcalde, Josefina Calvet, realizó una operación de opción de compra de terrenos con la empresa de 'Luigi' para ocultar el cobro de comisiones, y que este, solo con Pallaresa obtuvo 2,1 millones de euros de la venta de las acciones de Centre Comercial Gramenet y a través de la holandesa Ard Choille.