Jordi Sànchez: "No sería necesario un 50% de participación en el RUI"

-¿La próxima será la última Diada autonómica?

-No lo sé, nos gustaría que fuera la última como nos hubiera gustado hace tres años, pero mientras no hayamos tenido la oportunidad de que la ciudadanía exprese su voluntad para decidir el futuro de este país, la Diada nos tendrá movilizados. Todos están invitados y estamos muy contentos de que voces no independentistas hayan decidido participar, como es el caso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

-Ahora que menciona a Colau, cuando el soberanismo pide el apoyo a los 'comuns', estos replican que hay otras soberanías como la del derecho a la vivienda o la pobreza energética en las que no se ha visto al independentismo...

-Este debate del resto de soberanías tiene que ver con espacios ideológicos. Personalmente estoy absolutamente de acuerdo, pero el momento de poder definir la regulación de estas soberanías es precisamente el momento constituyente de un país.Aunque a alguien le cueste entenderlo, es más fácil hacer un gran cambio de fondo, radical, crear un nuevo estado, que hallar este terreno de juego de soberanías parciales a base de reformas de sistemas existentes.

-¿El Parlament ha de volver a ofrecer un referéndum pactado al Estado, antes del RUI?

-El Parlament lo ha hecho y es probable que lo vuelva a hacer. Si la fórmula es la de volver a emplazar al Estado como paso previo, nos parecerá bien, pero la determinación de convocar a la ciudadanía ha de existir. Creo que esta idea de volvernos a sentir convocados a las urnas ya es mayoritaria en el soberanismo.

-¿Confía en que el 'president' Puigdemont plantee el RUI en la cuestión de confianza?

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-Si lo pone sobre la mesa será porque están convencidos de que no hay alternativa.Y si alguien propone una alternativa tendrá que explicar las ventajas.

-¿Cómo hacer posible el RUI en cuestiones como el censo, los funcionarios necesarios o un mínimo de participación para que tenga legitmidad?

-Hallaremos soluciones técnicas, estoy convencido de ello.

-Pero esta vez el Estado no estará precisamente deprevenido...

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-No descartemos que el Estado acepte la invitación al referéndum acordado. Si no pasa, habrá que crear un marco de obediencia catalana en el Parlament y tener la determinación de llevarlo a la práctica. ¿Alguien cree que entre los 200.000 funcionarios no tendremos unos pocos miles de ellos decididos a actuar con el mandato del Parlament y el Govern? ¿Alguien cree que no habrá una solución técnica respecto al censo?

-¿La comunidad internacional haría caso si votara, por ejemplo, el 40% del censo y el resultado fuera un 'sí' mayoritario? ¿Haría falta llegar al 50% de participación?

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-Ningún referéndum importante hecho en los últimos tiempos ha requerido de un mínimo de participación. ¿Por qué el Brexit no lo requiere y un referéndum de independencia sí? Lo importante es que las reglas estén claramente definidas.

-¿Los partidarios del 'no' irían a votar o se quedarían en casa?

-No es evidente que en un referéndum vinculante la gente contraria se quedara en casa si supiera las consecuencias de que ganara el 'sí'.

-Si el Estado impide el referéndum, ¿ve como respuesta otras elecciones plebiscitarias en que cuenten los votos?

-Cuando un estado no da opciones a que la ciudadanía se exprese, la legitimidad de las instituciones existentes pasaría por la declaración de independencia, indudablemente. Es un escenario que no hemos de contemplar, me cuesta ver a un estado impedir votar.

-España sigue sin Gobierno. ¿el independentismo ha de aprovechar esta situación?

-Hemos de saber jugar las cartas que tenemos, que son muchas. Tenemos mayoría en el Parlament y un Govern que ha de hacer su camino. Del Estado y sus instituciones solo espero que acepten que hay un debate político no resuelto.

-¿Confía en que llegue esa aceptación?

-Viendo lo que ofrece la política española, no. Ciudadanos, el PP y el PSOE están absolutamente blindados, con matices, en una misma dirección, que es la de seguir negando que la ciudadanía de Catalunya se exprese democráticamente en las urnas.

-¿Volvería a hacer el tuit que hizo contra la CUP ("a todos los que confiaron en la ANC cuando pedimos el voto a cualquier opción independentista 27-S y hoy os sentís engañados, os pido perdón")?

-El 20 de diciembre Junts pel Sí cerró su propuesta de acuerdo a la CUP. El 3 de enero la CUP dijo que no daría el apoyo a la investidura de Mas. Yo ese día hice ese tuit.

-Todos dedujimos que era una crítica a la CUP

-No, no. Era una crítica a la CUP y a Junts pel Sí.

-¿Ahora la CUP es un socio leal?¿Los acuerdos no 'mutarán'?

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-Observo y leo -creo que lo dijo Anna Gabriel- que no hay motivos para que el 'president' no pase la cuestión de confianza. No se trata de buscar lealtades, sino complicidades en un escenario político muy plural. Estamos condenados, si queremos ganar, a transitar de la mano durante un periodo de tiempo no largo pero intenso. Es la única fuerza que tenemos. Es una interpelación a la CUP y a Junts pel Sí, la fuerza de los 72 diputados es que todos obedezcan el mandato de culminar el 'procés' sabiendo que hay grandes diferencias pero que han de estar a la altura de la historia. Y cuando lo hagamos, sumaremos a otros diputados y espacios políticos. Estamos a las puertas de ver mayorías reforzadas en el soberanismo y el derecho a decidir.