El jefe del Ejército alerta sobre la debilidad estatal ante Catalunya

Comparar la descolonización del imperio español que tuvo lugar a lo largo del siglo XIX con el actual proceso soberanista catalán tiene su riesgo. Aún más si quien establece la semejanza tiene responsabilidad pública. Y se multiplica la polémica si el autor de la ocurrencia es un alto cargo militar que la airea en un foro en el que no había cámaras grabando, pero sí periodistas como testigos. Ni más ni menos que el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el general Jaime Domínguez Buj. «Cuando la metrópoli se hace débil, se produce la caída», afirmó ayer cuando se le preguntó por los anhelos de independencia que llegan desde Catalunya en el coloquio que prosiguió a una conferencia sobre la situación del Ejército, organizada por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior.

El general Domínguez Buj dijo en esta intervención que los procesos independentistas surgen «cuando el poder central es débil» e interrogado sobre el papel de los militares ante una amenaza separatista, el JEME sentenció que las Fuerzas Armadas son «una herramienta del Gobierno para hacer cumplir la ley y la Constitución». «Estamos preparados para intervenir en la forma que el Gobierno decida en cada escenario, interior o exterior, para ir a Afganistán o a Valencia», remachó. Tan llamativas palabras del JEME levantaron de inmediato gran polvareda mediática y política, puesto que varios grupos parlamentarios exigieron de inmediato explicaciones o una rectificación. Sin mucho tardar, llegó un comunicado desde la institución militar que pretendía «aclarar» el entuerto.

«PROCESOS CENTRÍFUGOS»

En un denso texto, se apuntaba que Domínguez Buj se había referido a las responsabilidades que puede tener el Ejército de Tierra y las Fuerzas Armadas ante una coyuntura como la actual cuando uno de los asistentes a su conferencia, desde el público, le planteó qué podrían hacer si, según quien preguntaba, «existe una amenaza de escisión de una parte importante de España, a similitud del caso turco, en el que desde tiempos de Ataturk, sus fuerzas armadas son garantes del Estado». «Ante esto el general insistió en la tesis de que el Ejército de Tierra es una herramienta más del Estado, a las órdenes del Gobierno, preparada para cumplir sus misiones constitucionales».

En cuanto a sus advertencias sobre lo que sucede cuando la «metrópoli» se debilita, los colaboradores del JEME trataron de puntualizar que su jefe se estaba refiriendo al «caso de imperios como el británico, turco, romano o español» en los que, cuando «las metrópolis se debilitaron, se iniciaron procesos centrífugos», señalando que en el caso español esa debilidad llegó con la guerra de la Independencia. Y que apostó por la unidad de España.