COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN

De la Rosa calla en el Parlament y Piqué Vidal justifica a Pujol

El presidente de la 'comisión Pujol', David Fernàndez, y el empresario Javier de la Rosa, ayer en el Parlament.

El presidente de la 'comisión Pujol', David Fernàndez, y el empresario Javier de la Rosa, ayer en el Parlament.

JOSE RICO / BARCELONA

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Después de desviarse unas semanas de su cauce principal para navegar por las enlodadas aguas de los casos 'Pretoria''Mercuri' y 'Bárcenas', el río de la 'comisión Pujol' regresó a las andadas este lunes con los testimonios de dos máximos exponentes de los tejemanejes del pujolismo que pasaron del esplendor a la cárcel. Mucho debían saber sobre el expresidente de la Generalitat Javier de la Rosa, el «empresario modelo» -Pujol dixit- que le reveló al 'pequeño Nicolás' la presunta financiación irregular de CDC, y Joan Piqué Vidal, el abogado defensor del propio 'expresident' en el 'caso Banca Catalana'. El primero optó por cerrar la boca y abrirla solo para reprender a los diputados por sus preguntas. Y el segundo se limitó a disculpar la evasión fiscal de Pujol y a alertar de que las sentencias judiciales no siempre dicen la «verdad real». Solo a veces.

Con impávido semblante resistió De la Rosa una hora larga de preguntas sobre las que pretextó que no iba a contestar porque ya ha dado las explicaciones pertinentes ante la justicia, aunque «sin mucho éxito». Se refería así a las tres condenas a prisión que acumula en su haber: entre 1994 y 1995, por el 'caso Grand Tibidabo'; entre 1998 y el 2000, por la venta de la papelera ICSA; y entre el 2002 y el 2004, por la operación Wardbase. En total, tres delitos: estafaapropiación indebida y falsedad documental. Asuntos que el empresario ventiló arqueando las cejas, dejando caer los párpados y encogiendo levemente los hombros.

«NI UN EURO»

Lo más que le sonsacaron los diputados fue la aseveración de que la sentencia del 'caso Grand Tibidabo' dejó claro que él no se apropió «ni de un euro». Reprodujo su pose impertérrita cuando se le interrogaba por sus relaciones con Pujol y su familia. Y cuando se le pidió que explicase la frase que se escucha en la grabación de una conversación suya con el 'pequeño Nicolás' en la que afirma que «llevaba el dinero en efectivo por la noche al despacho» de Pujol en la Generalitat. Hasta 4.500 millones de pesetas de supuestos donativos de grandes empresas y bancos a Convergència para que contuviese al independentismo.

Un recital de asuntos turbios que acabó por hacer explotar a De la Rosa en el turno del diputado de Ciutadans Carlos Carrizosa. El financiero recriminó a sus señorías que le estuviesen intentando sonsacar a base de «datos inexactos sacados de periódicos», «insultos personales» y «peroratas» sobre su persona. Y se permitió aleccionarles: «Ustedes no se han preparado las preguntas».

«CON EL LIRIO EN LA MANO»

Aunque su oficio no era ese, Piqué Vidal acabó siendo también un hombre de negocios. Junto al juez Lluís Pascual Estevill, urdió una trama para extorsionar a empresarios a fin de que comprasen su propia libertad. Ya con 81 años, el letrado se presentó ayer «con el lirio en la mano», como víctima de una gran injusticia y vapuleando a los magistrados que le condenaron a nueve años de cárcel por aquel caso. El abogado, uña y carne en su día de Estevill y De la Rosa y enemistado hoy con ambos, alegó en su defensa que «la verdad oficial a veces no se corresponde con la verdad real», aunque declinó aplicar esta teoría al 'caso Banca Catalana', en el que el juez sí le dio la razón archivando la causa.

Sobre el legado de Pujol, dio absoluta credibilidad a la versión del 'expresident' de que el capital procede de una herencia paterna y no tiene un origen ilícito. Justificó la existencia de ese «rinconcito» de dinero en el extranjero por la inestabilidad política del momento pese a admitir que «éticamente» no fue un correcto proceder. Le criticó al fundador de CDC que no lo declarase a Hacienda, pero dijo estar convencido de que, como Pujol aduce, no tuvo tiempo de regularizarlo en 34 años.