El jardinero constante

Esta es la historia de un jardinero de Reus, David Vidal, cuyo principal trabajo era encargarse del mantenimiento del estadio de fútbol de Reus. Trabajaba para una empresa del hólding municipal Innova y poco a poco empezó a sospechar de irregularidades. El jefe del conglomerado empresarial era Josep Prat. Por más que preguntó, también al comité de empresa, no obtuvo respuestas. Pero David no se rindió. En mayo del 2011 se presentó a las elecciones municipales como candidato de la CUP. Los cerca de 2.000 votos que obtuvo le permitieron ser elegido concejal. Pese a que estaba solo, ahora era más fácil preguntar y, sobre todo, obtener respuestas.

El concejal empezó a acudir a consejos de administración vinculados a Innova. Según denunció él mismo a la prensa, por apenas dos horas de reunión sus colegas regidores cobraban 1.400 euros en concepto de dietas.

El concejal de la CUP prosiguió con sus pesquisas y acudió primero al Síndic de Greuges y posteriormente a la vía judicial. Innova llegó a la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Y de ahí a los registros que acabaron con la detención de Prat. Primera lección: antes de que los políticos tertulianos se convirtieran en la esperanza para miles de votantes, ya había otros que discretamente, sin medios ni grandes altavoces, intentaban dignificar la gestión pública, en este caso la municipal.

Segunda: la corrupción no conoce de siglas. La prueba es este caso. Innova nació con la bendición de PSC, ERC e ICV y ha acabado con imputaciones de cargos convergentes.

El pasado viernes, en el acto que la Asssemblea Nacional Catalana (ANC) celebró en el Palau Sant Jordi, la mejor intervención, y la más incómoda para los políticos sentados en la primera fila, fue la que protagonizó el periodista Antonio Baños. «Catalunya será libre si la vida de todos los catalanes es digna», proclamó. Más allá de debates sobre el modelo de Estado, se echa de menos que en el debate sobre el futuro de Catalunya no se cuestionen fórmulas que van ganando terreno como el cada vez menos disimulado favoritismo hacia los hospitales privados.

En el pleno que empieza hoy en el Parlament se debatirá sobre el modelo sanitario y la conveniencia de impulsar consorcios como el de Lleida. Existen dudas sobre si la contratación del personal se hará de manera más discrecional y se abre la puerta a la entrada de capital que no sea público. En resumen, un paso hacia la privatización pese a que el Govern lo niega. Al final, lo mejor que habrá hecho el conseller de Sanitat, Boi Ruiz, es eliminar los contestadores automáticos y recuperar la atención personalizada que permite conseguir cita con el médico del CAP.