Errejón pide a Iglesias que no convierta Vistalegre II en una "pelea de gallos"

Pablo Iglesias y Pablo Echenique

Pablo Iglesias y Pablo Echenique / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Pablo Iglesias e Íñigo Errejón quieren un Vistalegre II distinto. Se desmarcan y, aunque en Podemos (casi) todo es factible, sus posiciones parecen distanciarse a medida que se acerca la fecha del congreso, en la que el partido morado deberá decidir su línea política: mutar hacia la radicalidad, como defiende el secretario general, o mantener el espíritu transversal con el que nació, como plantea el número dos. Este lunes ambos manifestaron ideas distintas de lo que debe ser una cita tan trascendental para el futuro de la fuerza morada, que podría ser (el jefe podemista lo va a pedir así) del 10 al 12 de febrero para coincidir con el congreso del PP.

El secretario general quiere que los proyectos políticos y las listas de dirigentes se voten de forma conjunta. Lo dijo tras encuadrar a Errejón en las "corrientes críticas" en lo que pareció un órdago para que se enfrentase a él con un postulado alternativo. El estratega respondió. Se comprometió a presentar un proyecto que defienda el alma original de Podemos, con la que se presentaron a las elecciones europeas de 2014, y subrayó que las votaciones han de ser separadas. "Creo que la asamblea ciudadana no tiene que ser un duelo en el 'ok corral'  [en referencia al duelo legendario del 'far west'] ni una pelea de gallos. Tiene que ser una contraposición de ideas", pidió.  

Errejón sigue sosteniendo que, aunque plantease un documento alternativo al de Iglesias, no le disputaría el cargo de secretario general, de modo que, si finalmente se acaban enfrentando, una votación conjunta podría beneficiar al número uno, porque los inscritos elegirían a la vez la cara del líder y el proyecto. Si se hace por separado, Errejón tiene la posibilidad de imponerse en la línea política y hacer que el Iglesias la aplique como secretario general. ¿Qué significaría esto? Que Podemos no viraría hacia la radicalidad y que no se fundiría con IU.

Mientras tanto, si en algo coinciden ambas familias es que buena parte del resultado se decide en cómo se establcen las reglas de juego. La mayoría de ellas se debatirán en la reunión de la dirección del partido (Consejo Ciudadano Estatal), el próximo 17 de diciembre.  

CONFIRMAN LAS DISCREPANCIAS

Iglesias dijo sentirse se siente respaldado, confirmó que mantiene discrepancias con Errejón y dio por hecho que es posible que acaben enfrentándose, a lo que restó dramatismo. "Creo que es bueno que después de debatir por abajo haya acuerdo, pero si no llegamos a ese acuerdo no hay problema", advirtió. "España no está pidiendo duelos", le respondió el número dos, que pidió un Vistalegre II con mayor pluralidad, proporcionalidad y que no se cierre el censo hasta el final, para que se permita votar a la gente que va incorporándose.

Sus plabras llegaron después de escuchar al jefe podemista asegurar que quiere un Podemos "en el que quepan todos" y, a la vez, lanzar dardos contra los dirigentes que arropan al secretario político. “Quiero cuidar esa relación tan privilegiada”, dijo en referencia a su amistad con Errejón, “a pesar de que Íñigo ya no sea solo Íñigo, sino el referente de una corriente que tiene contradicciones internas, quiero cuidar la relación con él”.

REFERÉNDUM INTERNO

El sistema de votación en Vistalegre II, que es clave en la definición de equilibrios, se decidirá en un referéndum interno. Iglesias dio por amortizado el aplicado en la primera asamblea ciudadana, que premiaba masivamente al ganador, y apuesta ahora por un sistema más proporcional. Errejón y los anticapitalistas vienen reclamando una fórmula en esa dirección desde hace tiempo. Desde el sector errejonista y desde las filas de la izquierda radical se interpreta este gesto como un guiño del secretario general a los anticapitalistas, a quienes se unió en las elecciones de la comunidad de Madrid para sumar fuerzas contra la candidata afín al secretario político. 

La complicidad se vio en Twitter. El líder de los anticapitalistas, Miguel Urbán, e Iglesias cruzaron mensajes de apoyo.