La hecatombe de IU

La lista de Maíllo no resiste el 'efecto Podemos' y el partido pierde siete escaños, pasando a quinta fuerza

Contrición 8 El candidato de IU a las generales, Alberto Garzón, comparece para hacer autocrítica del mal resultado cosechado en las andaluzas.

Contrición 8 El candidato de IU a las generales, Alberto Garzón, comparece para hacer autocrítica del mal resultado cosechado en las andaluzas.

PILAR GARCÍA
BARCELONA

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Izquierda Unida no pasó la prueba de fuego y, como vaticinaban las encuestas, se hizo añicos en la primera cita electoral del año. Si en el 2012 fue decisiva para que el PSOE mantuviera el Gobierno andaluz pese a ser el PP la lista más votada, ayer IU cayó en picado al perder 7 escaños, pasando de los 12 actuales a 5. El 'efecto Podemos' arrasó, confirmando todos los pronósticos, relegando a la candidatura de Antonio Maíllo a la quinta posición al pasarle también por delante Ciudadanos.

No solo Andalucía estaba en juego ayer para IU. Otro de los examinados era Alberto Garzón, puesto que Maíllo representaba también la renovación que encarna el candidato a las legislativas. Uno y otro habían minimizado por la mañana los malos datos de las encuestas, que ratificó el sondeo a pie de urna, augurando unas "sorpresas" que, al menos para ellos, no llegaron. Garzón, malagueño, llegó a hablar, en su llamada a acudir a las urnas, de "una oportunidad histórica".

Por la noche, cuando el escrutinio ya superaba el 90%, Maíllo compareció y no ocultó su desilusión ante la derrota. "En política hay que ser honestos y sinceros. Estamos insatisfechos", reconoció, en un tono muy distinto al optimismo que había exhibido al ir a votar en Aracena (Huelva), donde se había declarado "tranquilo, animado y con mucha esperanza", convencido de que el apoyo a su partido había "crecido". Tras insistir en que ha hecho "una buena campaña" -de poco les sirvió recurrir a Julio Anguita-, se mostró preocupado ante un escenario que, con la fuerte irrupción de Podemos y C's, calificó de "inédito" e "imprevisible".

Izquierda Unida obtuvo 273.893 votos, que correspondieron a un 6,89% del total. El PSOE salió mucho mejor parado del test a la gestión del Ejecutivo autonómico. Mientras que Susana Díaz se mantuvo a la cabeza con un mejor resultado del esperado, IU, con quien Díaz rompió el pacto argumentando inestabilidad para adelantar las elecciones, fue el que sufrió el voto de castigo. Maíllo admitió que su alianza con los socialistas le ha pasado factura al señalar que los ciudadanos han percibido el acuerdo de gobierno como "un error".

La misma palabra utilizó Garzón para explicar la debacle de su partido. "Es evidente", dijo, que "una de las variables" que han influido en el resultado ha sido que "los ciudadanos han entendido que fue un error participar en la Junta de Andalucía con un pacto de gobierno con los socialistas".

SE ABRE UNA "REFLEXIÓN"

El intenso año electoral se dibuja complicado para un partido en transición tras el batacazo de ayer. En la próxima convocatoria, las municipales y autonómicas del 24 de mayo, entre los frentes abiertos que tiene IU se encuentran los efectos de su fractura interna en Madrid. Y en Extramadura está por ver si le pasará factura haber facilitado que el PP gobernara. Garzón subrayó que se impone una "valoración crítica" de las andaluzas, que debe abrir "una reflexión política".

Además de ver penalizado su apoyo a José Antonio Griñán en el 2012, IU capitalizó ayer el desencanto de los votantes de izquierda que apostaron por Podemos. Tanto Maíllo como Garzón se comprometieron a seguir defendiendo las políticas sociales desde su nueva posición en el Parlamento andaluz, en la oposición y relegada a quinta fuerza. Garzón se comprometió a "mantener firmes" sus "convicciones y valores" de izquierdas para un sector cuya "frustración" han "canalizado" las nuevas fuerzas.