¿Habría dinero para el sincrotrón?

La investigación pública que se realiza en Catalunya depende en una parte notable de la inversión estatal, empezando por los planes anuales de ciencia, el programa Ramón y Cajal y las becas para jóvenes investigadores, así como de las ayudas competitivas que, también articuladas a través de Madrid, aportan las instituciones europeas mediante el programa marco de investigación y el European Research Council. Así que, como asume el 'Llibre Blanc de la transició nacional', una hipotética independencia obligaría a la Generalitat a una cuantiosa inversión adicional si quisiera mantener la competitividad del sistema catalán de I+D.

La creación a partir del 2000 de la red Cerca de la Generalitat, con 44 centros científicos de gestión muy moderna, y algunos punteros internacionalmente, ha restado peso relativo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pero la institución sigue contando en Catalunya con 21 institutos, varios también de alto nivel, y unos 1.500 trabajadores cuyos sueldos proceden asimismo de Madrid. El actual Govern ha manifestado su intención de que sean absorbidos por la red Cerca en caso de secesión, pero obviamente ello supondría otra inversión importante. Un caso particular son el sincrotrón Alba y el Barcelona Supercomputing Center, las dos mayores infraestructuras científicas de España, sufragadas en al menos un 50% con los presupuestos del Estado. Finalmente, una secesión amenazaría el trabajo de numerosos investigadores catalanes en instituciones internacionales de las que España es socia, como el CERN, el Observatorio Europeo Austral y la Agencia Espacial Europea.