LA NEGOCIACIÓN PRESUPUESTARIA

El Govern y la CUP pactan un impuesto sobre las bebidas azucaradas

Bebidas azucaradas, en un supermercado.

Bebidas azucaradas, en un supermercado. / periodico

XABIER BARRENA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las negociaciones entre el Govern de Junts pel Sí (más cohesionado que nunca en pos del referéndum) y la CUP avanzan. Trabajosamente, pero avanzan. Los actores de la negociación, en la que el Ejecutivo -se cuida muy mucho de que haya representantes de la presidencia (PDC) y de la vicepresidencia (ERC) para evitar malentendidos internos- siguen bosquejando métodos alternativos para recaudar nuevos ingresos. Aunque sean escasos. Y sobre todo, para mandar un mensaje con ellos. Según ha podido saber este diario, las dos partes (tres si se desgaja el Govern en neoconvergentes y republicanos) han acordado crear una tasa a las bebidas azucaradas.

No es algo nuevo. Ya se puso sobre la mesa en el 2012, cuando la entonces CiU y ERC negociaban el acuerdo de legislatura que propició la última investidura de Artur Mas. Entonces muchos se lo tomaron a chanza; es decir, ridiculizaron el ánimo recaudatorio que, según estas voces, se escondía tras la voluntad de gravar, incluso, los refrescos. Cuatro años después el asunto ha cambiado. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la experiencia en países como el Reino Unido, Irlanda o Hungría han convertido el asunto en algo muy serio.

De hecho, se trata de dar a estos productos el mismo tratamiento que se da al tabaco; no en vano, el perjuicio que supone para la salud, en forma de diabetes y sobrepeso, acaba por pasar factura también a la sanidad pública.

En cuanto a la caja que se pueda realizar es escasa, aun cuando se adopte como norma la recomendación de la OMS de gravar con un 20% estos productos. La única aportación fiscal que sí daba réditos en mayúsculas, recuerdan en el Govern, era el gravamen sobre los depósitos bancarios, que recurrió el Gobierno del Estado.

PRESIÓN FISCAL ASFIXIANTE

La tasa sobre el azúcar es una de las muestras de ingeniería fiscal del Govern para lograr ingresos extra que puedan equilibrar la no adopción de modificaciones en el IRPF, como persigue la CUP. Habida cuenta de que la subida del IRPF, en los términos que se ha propuesto -y habida cuenta de que la presión fiscal en Catalunya es ya asfixiante-, es mínima y, por tanto, se trataría más de una medida cara al exterior, razona siempre el Ejecutivo de Junts pel Sí, la mesa negociadora estudia otras propuestas. 

El 'sí' de la CUP a la tasa azucarera se relaciona tanto por la medida en sí, creada para paliar los déficits en sanidad, como por el propio hecho de que las 'víctimas' de este gravamen son, por lo general, grandes multinacionales.

AVISO A LA CUP

Pero mientras se acercan posiciones sobre esta tasa, el Govern y su presidente mantienen su tensión pública con la CUP. En la sesión de control al Govern en el Parlament, los 'cupaires' han exigido a Puigdemont iniciar ya el proceso previo al referéndum. Este ha contestado a la CUP con otra advertencia: "Vamos paso a paso, no habrá referéndum si no hay presupuesto, obviamente, no habrá un paso delante del otro".