La búsqueda de alianzas

El Govern revela ahora que el nuevo tijeretazo será de 4.000 millones

F. M.
BARCELONA

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Solo dos días después de las elecciones, con el Govern ya en funciones, CiU concretó y puso cifras a lo que durante la campaña electoral eran avisos genéricos. 4.000 millones de euros, como mínimo, es lo que, según el Ejecutivo de Artur Mas, tocará recortar en gastos no financieros durante el próximo año.

Es el tercer ajuste en tres años, tras el de los dos presupuestos anteriores. Pero esta vez, como afirmó el portavoz en funciones, Francesc Homs, va a ser mucho peor. Como la suma de los dos anteriores, calculó.

Este nuevo tijeretazo, explicó Homs, es la consecuencia de tres factores. En primer lugar, la reducción de las transferencias del Estado a la Generalitat en relación a la financiación autonómica, tal como se indica en los presupuestos estatales. En concreto, en cuestiones como programas finalistas (dinero destinado directamente a una función concreta) en formación ocupacional, depedencia y educación.

A ello hay que añadir que el pago de los intereses de la deuda crecerá de 919 millones de euros a 2.300 en el próximo año. Se trata, subrayó el portavoz, de vencimientos fruto de decisiones de años anteriores. Y, como es sabido y la Constitución española ya consagra tras la reforma del pasado año, los gobiernos de todo signo en España están obligados antes que a cualquier otra cosa a pagar los intereses de la deuda con las entidades financieras prestatarias.

INVERSIONES/ El tercer factor que lleva al Govern a dibujar un recorte aún mayor que los anteriores es el de las deudas del Estado con la Generalitat en cuestiones como las inversiones públicas (la disposición adicional tercera del Estatut fija que las cuentas del Estado han de inyectar a Catalunya el equivalente al peso de su PIB en la riqueza española) y el fondo de competitividad previsto en el nuevo modelo de financiación.

Curiosamente, y pese a que todo el Govern está en funciones, Homs trazó como casi inamovibles las líneas de este ajuste. Se limitó a asumir la posibilidad de aplicar «pequeñas» modificaciones y poco más.

Cuando elpresident en funciones, Artur Mas, anunció el segundo de los recortes, avisó de que la reducción del gasto estaba a punto de «tocar hueso». Es decir, de afectar directamente a cuestiones muy esenciales del Estado del bienestar. Ayer, preguntado sobre si un recorte extra de más de 4.000 millones no corre el peligro de perforar ese hueso y si no sería necesario que el Govern se plantase ante el Estado, Homs contestó: «Te puedes ir plantando, pero de donde no hay no se puede sacar; estamos con la angustia cada final de mes para ver si pagamos a proveedores, las nóminas...». Homs garantizó que sí se pagarán las nóminas pero «desde el punto de vista del debate político hay muy poco margen de discusión».

Fuentes de la Conselleria d'Economia no precisaron ayer de qué manera se conseguirá el ajuste adicional de 4.000 millones de euros. Queda en el aire saber si los tijeretazos vigentes, entre ellos el euro por receta y el recorte del 5% del sueldo de los funcionarios, van a continuar exactamente igual.