El Govern no cede a las exigencias de la CUP por el presupuesto

Carles Puigdemont con Mireia Boy y Anna Gabriel, de la CUP, en febrero.

Carles Puigdemont con Mireia Boy y Anna Gabriel, de la CUP, en febrero.

FIDEL MASREAL / XABI BARRENA / BARCELONA

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El Govern que comparten el Partit Demòcrata (PDC) y Esquerra Republicana se ha conjurado para evitar que la CUP pueda generar grietas en la cohesión interna del Ejecutivo catalán en la negociación de los presupuestos del 2017. Convencido de que los anticapitalistas no se pueden permitir otro portazo a las cuentas públicas --que supondría acabar con la hoja de ruta independentista-- el Ejecutivo catalán se ha blindado internamente para afrontar con cohesión la negociación de los números presupuestarios para el año que viene con sus socios 'cupaires'.

Así pues, según fuentes gubernamentales, esta vez no habrá discrepancias entre convergentes y republicanos respecto a la exigencia de la CUP de subir el IRPF a las rentas elevadas IRPF , como sucedió en la negociación de las cuentas de este año. El Govern dice haber aprendido la lección y el mensaje que ha trasladado a la CUP es que la negociación se lleva a cabo entre la formación anticapitalista y el Ejecutivo en bloque. No habrá subida de impuestos, salvo la posibilidad de estudiar, cara al futuro, un incremento de la presión fiscal o una tasa sobre las grandes fortunas. Una propuesta que, por cierto, ya lanzó el 'president' Artur Mas en el 2011 y que en solo dos días quedó absolutamente diluída

Para Esquerra, "el referéndum se halla por encima de todo" y, por tanto, hay que evitar toda polémica interna en el Govern, por el bien de que "coexistan sensibilidades distintas". Incluso adoptan argumentos otrora utilizados por CDC en cuanto a la eventual subida de impuestos: "El beneficio que se obtiene de elevar los tipos del IRPF es tan pingüe que sale a cuenta la fricción política que se genera", apunta un responsable republicano.

Así, el Govern afronta la negociacion con la CUP con firmeza, convencido de que los anticapitalistas no pueden permitirse un nuevo veto a las cuentas porque ello supondría frenar el referéndum y la legislatura entera. 

LA CUP LANZA UN AVISO

Dirigentes 'cupaires' confirman que el Govern no les da ningún margen. Se sorprenden de que el Ejecutivo considere que la CUP no pueda hacer otra cosa que votar las cuentas para no echar por tierra el referéndum a las primeras de cambio. Y se sorprenden porque parece que algunos no han "aprendido" cómo funciona la fuerza anticapitalista y la soberanía absoluta que tiene la asamblea de militantes. Una forma de decir que si hay que someter a la asamblea una votación binaria, 'sí' o 'no' a la cuentas, puede pasar cualquier cosa.

Y Esquerra afirma que el Govern es perfectamente consciente de que la CUP tiene que obtener algo con que convencer a los suyos. "Se están estudiando caminos alternativos, pero todos debemos tener claro que quien tiene 62 diputados cuenta con un apoyo mayor que los que tienen 10”.

TRES CLAVES NEGOCIADORAS

Los 'cupaires' centran sus propuestas en tres ejes: incrementar la presión fiscal (el Govern y Mas ya han sido tajantes a la hora de negarse a ello), priorizar la inversión en escuelas públicas frente a las concertadas y la necesidad de que los presupuestos incluyan una partida económica para el referéndum.

En cuanto a la cuestión educativa, el Govern solo está dispuesto a estudiar determinados casos, pero recuerda que son los padres los que deciden llevar a sus hijos a un centro público o concertado.

Respecto al referéndum, la CUP quiere una doble partida presupuestaria. Una parte oculta y no explícita en las cuentas, para evitar vetos estatales, pero también otro montante económico que se asigne expresa y públicamente a la consulta, con la intención de no eludir un conflicto con el Estado al respecto del referéndum unilateral. Las intenciones del Govern siguen siendo las de sacar adelante el proceso pero no buscar la confrontación gratuíta.