EL TABLERO CATALÁN

El Govern cree que el plan de Mas no choca con el pacto del 27-S

Artur Mas, en el Palau de la Generalitat, a su llegada a la reunión del Govern, ayer.

Artur Mas, en el Palau de la Generalitat, a su llegada a la reunión del Govern, ayer.

XABIER BARRENA / BARCELONA

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A 88 días para el 27-S no sobra el tiempo para trazar grandes operaciones. Sobre todo si los primeros movimientos han sido exitosos, como cabe calificarlos a la luz de la convocatoria interna de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), la entidad soberanista con mayor potencia de fuego. Pero no la única. Hay otras. Y tremendamente simbólicas, como por ejemplo Súmate, asociación soberanista que agrupa sobre todo a personas castellanohablantes. Una militancia que, obviamente, no excluye otras, pero que pretende acabar con el discurso único de que hablar castellano significa estar en contra de la independencia. Artur Mas recibió ayer a Súmate en el Palau de la Generalitat, según pudo saber este diario, y les explicó su ya famoso plan para el 27-S. En tanto eso ocurría, la portavoz de su Govern, Neus Munté, aseveraba, no sin hacerse algún pequeño lío, que el Ejecutivo veía «compatible» el anexo secreto del pacto de enero para el 27-S con el 'plan Mas'.

El pequeño lío provino, sobre todo, de confundir el qué y el cuándo, pero en lo sustancial cabe suponer que no hubo error alguno. Preguntada por esta cuestión en la rueda de prensa posterior a la reunión del Ejecutivo catalán, Munté señaló que la compatibilidad de los acuerdos firmados el pasado enero con el planteamiento de Mas se cimenta en que el 'president' sigue la línea acordada de trabajar «desde la perspectiva de la unidad», que es, recalcó, lo que «pide la ciudadanía». Además, siguió la vicepresidenta, la «propuesta de Mas no se dirige a ningún partido en concreto sino a las entidades», con el fin de que su candidatura deje de ser de CDC y se convierta en una lista de organizaciones de la sociedad civil. Así, el Govern entiende que el anexo del pasado enero hacía referencia a un reparto equilibrado de miembros de las entidades en listas con formato de partido, en este caso las de CDC y ERC. Es decir, al no ser una lista de Convergència no cabe aplicar el anexo.

Puertas afuera, ERC mantiene un discurso muy medido y muy poco beligerante ante la situación creada tras la propuesta de Mas. «Estamos convencidos de que todos los firmantes del acuerdo lo respetarán y estamos convencidos de que todo el mundo obra de buena fe», dijo el portavoz adjunto republicano en el Parlament, Oriol Amorós, aunque la frase, palabra por palabra, podría haber salido de los labios de Oriol Junqueras. De hecho, con motivo de algún desencuentro anterior con CDC, la ha pronunciado.

A VUELTAS CON LA LISTA ÚNICA

Puertas adentro, casi como quien musita, hay republicanos que, sin embargo, ven en el 'plan Mas' una vuelta de tuerca más de los convergentes por forzarles a concurrir junto a CDC en una lista conjunta. Acusan al 'president', asimismo, de haber sembrado la semilla de la división en la ANC, pero prefieren no aventar sus diferencias para no recrear el mal ambiente que el soberanismo vivió entre el 9-N y, precisamente el 14 de enero, fecha de la firma del acuerdo que ayer se conoció en su totalidad.

Esa misma división es la que se ha instalado en Súmate, por ejemplo, según fuentes conocedoras de los entresijos de la entidad. No es pequeña la porción de la militancia que ve con buenos ojos lo que propone el 'president'. Y eso que siempre se ha dicho que tanto la entidad, como su presidente, Eduardo Reyes, orbitaban alrededor de Esquerra. Un motivo más, posiblemente, para Mas para buscar el acercamiento.

EL VOTO DE LA ANC

Entre tanto, la dividida ANC -el anexo secreto provocó opuestas reacciones en virtud del bando en el que se inscribe el que lo leyera- prosigue su camino hacia la consulta interna. Los 34.768 militantes que tienen derecho a voto podrán emitir su sufragio en cualquiera de los centros que habilite la ANC el viernes (de 17.00 a 21.00 horas) y el sábado (de 10.00 a 14.00).

Por otra parte, la Associació de Municipis per la Independència (AMI), que agrupa a los ayuntamientos soberanistas, decidirá el viernes si acepta o no la propuesta de Mas. De momento, su presidente, Josep Maria Vila d'Abadal, ya se ha pronunciado a favor del plan.