DEBATE INTERNO SOBRE el referendo de autodeterminación

Gordó condiciona la consulta a un acuerdo previo con el Estado

F. MASREAL / X.BARRENA / R.JULVE
BARCELONA

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Cuando los socialistas catalanes decidieron respaldar una consulta de autodeterminación solo si es fruto de un pacto con el Estado, el independentismo catalán en general y Convergència en particular reprocharon al PSC que esa posición, en la práctica, hacía imposible el referendo dada la rotunda negativa del PP a permitirlo. Pero ahora es un miembro de CDC y del Govern tan destacado como Germà Gordó quien afirma: «Una consulta solo será posible si hay un acuerdo con el Gobierno». Con lo cual se alimenta, más si cabe, la sensación de polifonía en la hoja de ruta hacia el Estado propio. La acumulación de voces en la federación desagrada profundamente a su socio parlamentario, ERC. Con todo, los republicanos evitan semana tras semana el choque con CiU y repiten, a modo de mantra, que «hay un acuerdo firmado» y que, pese a lo que digan Gordó y el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, «el pacto se está cumpliendo».

Fue ayer en una conferencia-coloquio. Y sí, es verdad que Gordó defendió también que si la vía del diálogo no funciona, habrá que «construir el propio camino», y citó a Pau Claris,presidentde la Generalitat durante la guerra de los Segadors. Pero algo quedó claro escuchando ayer a Gordó: él representa un sentimiento en Convergència, el pactista, frente al rupturismo explícito de otros dirigentes de CDC y, por supuesto, de ERC. Esta, además, no cede. Recuerda lo dicho por Mas en campaña («la consulta se hará sí o sí») y, por si fuera poco, opina que el contexto actual invita a avanzarla, nunca a atrasarla o eliminarla.

Gordó defendió ampliar el acuerdo en Catalunya y trabajar por una salida acordada con Madrid. Y pidió calma. «Todos hemos de hacer una parada e invitarnos a la palabra», propuso. Y aún más, sobre la fecha de la consulta: «En principio debería ser en el 2014, pero no hace falta que vayamos todos angustiados».

¿Qué significa todo ello? De entrada, genera dudas respecto a la hoja de ruta. Dudas alimentadas por las palabras de Duran, quien ayer insistió, en Catalunya Ràdio, en que no existen apoyos exteriores en la UE. Duran, como Mas, rechazó la hipótesis de la declaración unilateral de independencia, que para ERC es tan válida como las otras.

Las palabras de Gordó sobre la consulta generaron las previsibles respuestas del resto de fuerzas políticas. ERC exigió «lealtad» a lo firmado. El PP denunció que la federación nacionalista practica una «ambigüedad calculada» sobre el proceso soberanista. Y el más satisfecho ayer fue el PSC. Su portavoz, Jaume Collboni, se felicitó por el «ataque de sentido común» sufrido por elconseller.

¿Comparte Mas la tesis de Gordó? ¿Tiende CDC hacia la moderación? Tampoco elpresidentayuda a encontrar una respuesta. Su última intervención al respecto fue hace dos semanas, cuando dijo que el Govern quiere hacer la consulta «dentro de los marcos legales y, a poder ser, acordada con el Estado».

MARGALLO EN BCN / Entretanto, el Gobierno central mantuvo ayer su tono inflexible. En un acto de la Cambra de Comerç en Barcelona, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, dejó clara su repulsa a la independencia. Ensalzó el diálogo, pero proclamó que la «unidad» es clave para que España «remonte» como hizo «en la transición». Añadió además que no ve disparatado que se aplique un límite de déficit diferente a cada autonomía, aunque, en cuanto a la financiación, rechazó el modelo singular para Catalunya (la llamada pista de aterrizaje que debería hacer olvidar a Mas sus veleidades independentistas) que reclama el PPC y pidió esperar a que amaine la crisis.