RELEVO EN EL MINISTERIO PÚBLICO

El Gobierno opta por Consuelo Madrigal como fiscala general

Soraya Sáenz de Santamaría, ayer tras el Consejo de Ministros.

Soraya Sáenz de Santamaría, ayer tras el Consejo de Ministros.

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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el Consejo de Ministros propuso ayer a Consuelo Madrigal, actual responsable de la fiscalía de menores, como nueva fiscala general del Estado en sustitución de Eduardo Torres-Dulce, que presentó su dimisión el pasado jueves después de semanas de tensiones internas y con el Ejecutivo. Madrigal tomará posesión de su cargo pasadas las Navidades, una vez que el Consejo General del Poder Judicial y el Congreso den su visto nuevo al nombramiento.

La primera mujer que ocupará la cúspide de la fiscalía tiene una dilatada experiencia. Tras el 9-N, participó en la junta de fiscales que Torres-Dulce convocó para decidir si abrir diligencias contra los responsables de la consulta y Madrigal se orientó, como la mayoría, por la interposición de la querella a Artur Mas.

Sus compañeros la definieron ayer como una «buena profesional», con altos conocimientos y de perfil conservador, aunque no pertenecía a ninguna asociación. De hecho, tanto la conservadora Asociación de Fiscales como la Unión Progresista aplaudieron su nombramiento. Buena muestra de su talante es que durante sus 30 años como fiscala no ha protagonizado ninguna actuación polémica. El Gobierno ha optado por tanto por una persona con un perfil «discreto» para lo que queda de legislatura. Un año que se prevé intenso debido al conflicto catalán, las citas electorales y la conclusión de escándalos de corrupción como los casos Nóos Gürtel, por no mencionar la posibilidad de que se destapen nuevas investigaciones.

CURRÍCULO «IRREPROCHABLE» / La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, salió ayer en defensa de la elegida. Ante la posibilidad de que, tras el portazo de Torres-Dulce -de quien se asegura que ha presentado su dimisión porque estaba cansado de las injerencias del Ejecutivo en su labor-, pueda parecer que Madrigal sí  ha aceptado plegarse a los intereses de Mariano Rajoy, destacó que su currículo es «absolutamente irreprochable». Santamaría pidió a la oposición que antes de «juzgarla», primero se la deje «trabajar» y volvió a rechazar que el Gobierno haya presionado al dimisionario. La dirigente conservadora dejó caer que Rajoy no comparecerá para dar cuenta sobre el relevo, como pide la oposición, pero sí señaló que dará «explicaciones» cuando se le pregunte.

Y, ante la queja de 13 magistrados del Supremo por las injerencias del Ejecutivo en su tarea, alegó que el Gobierno solo ha mostrado su «extrañeza» por dos tesis diferentes de la Audiencia Nacional en las recientes excarcelaciones de etarras.