El Gobierno frena a los alcaldes

Rajoy agradece el "loable" esfuerzo pero avisa a las administraciones periféricas de la necesidad de actuar de manera "conjunta" con el fin de dar una respuesta "eficaz"

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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El Gobierno advirtió ayer a las comunidades y ciudades que están ofreciendo recursos a los refugiados de que la gestión de los desplazados es una «política de Estado».

La vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, en primer lugar, y Mariano Rajoy, en una rueda de prensa con el primer ministro británico, David Cameron, agradecieron el «loable» esfuerzo pero avisaron a las administraciones periféricas de la necesidad de actuar de manera «conjunta» con el fin de dar una respuesta «eficaz».

El Ejecutivo emplazó a los alcaldes y representantes autonómicos a esperar a la celebración de la conferencia sectorial que reúne a todas las administraciones, que se celebrará la próxima semana, antes de seguir adelante. Previamente, el lunes está convocada la comisión interministerial (encabezada por la vicepresidenta) que ayer decidió crear el Consejo de Ministros.

Saénz de Santamaría justificó la lenta respuesta gubernamental con el argumento de que el sistema de asilo «es una de las políticas más difíciles de gestionar», dado que ofrece garantías y derechos que todos los actores implicados «tienen que conocer» para poder dar una respuesta «responsable y ordenada» en el medio y largo plazo.

La tesis del Gobierno, que se resiste a dar la cifra global de refugiados que está dispuesto a acoger, es que además de darles cobijo de manera inmediata, hay que ofrecerles un futuro a largo plazo.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo está empeñado en que la UE adopte una política «global» de inmigración, que atienda esta crisis puntual pero también a los que emigran por motivos económicos. De ahí que Rajoy asegurase que «España no le va a negar el asilo a nadie que tenga derecho», pero reclamase además un plan europeo de cooperación con los países de origen, acompañado de operaciones contra las mafias y de un programa de retorno como el que España mantiene con algunos estados africanos. Cameron apoyó sus propuestas.