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Las fuerzas emergentes sacuden a CiU, PSC y PPC

FIDEL MASREAL / Barcelona

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El Parlament de Catalunya lleva  años reflejando la pluralidad creciente de la política catalana, con pesos cada vez menores para los que fueron los dos grandes partidos, CiU y PSC. Desde ayer, el mapa local catalán también es mucho más amplio, dada la entrada con más o menos fuerza de los partidos y confluencias de organizaciones emergentes. Las fuerzas mayoritarias y el PPC reciben golpes notables (pese a salvar destacados bastiones), mientras que el crecimiento de ERC se queda lejos de conseguir un sorpasso en la izquierda, donde ve cómo la CUP sí aparece con fuerza en ciudades tan destacadas como Barcelona, Girona y Tarragona. El partido anticapitalista cuestiona el poder de CiU en ciudades nacionalistas como Berga, entre muchas otras. Un ejemplo evidente de la mayor pluralidad es Lleida, que pasa de 3 a 7 partidos distintos en el ayuntamiento y donde el PSC pierde claramente la mayoría absoluta. Serán muy pocos los consistorios de peso donde no se requieran pactos.

El PPC también ha visto cómo, en buena medida debido al ascenso de Ciutadans, su poder local ha quedado notablemente menguado, salvo una excepción nada desdeñable: Badalona, donde sin embargo un pacto podría hacerle perder la alcaldía.

Ciutadans incrementa su presencia hasta hora testimonial y estará presente en consistorios de peso como Barcelona, Reus, L'Hospitalet de Llobregat y Badalona. Y asciende espectacularmente en Tarragona, donde es segunda fuerza.

La lectura en clave social es evidente: un giro hacia la izquierda, junto a la irrupción de Ciutadans. Y la interpretación del resultado en relación al proceso soberanista abre un gran interrogante. El primero en avisar de que si CiU perdía Barcelona el proceso quedaba en entredicho fue, el pasado viernes, el president Mas. A ello se ha de añadir qué tipo de alianzas establecerán la CUP y sobre todo ERC a partir de ahora en municipios como el de Barcelona, porque el recelo de Convergència hacia sus socios en el Parlament es ya notable, y si los republicanos optan por alianzas de izquierdas, la hoja de ruta estará aún más cuestionada. Para los optimistas, el 45% de votos ha ido a fuerzas soberanistas. Y de entrada ayer ERC ya apuntó que la victoria de BComú en la capital catalana no se puede interpretar como un rechazo al proceso. Por su parte, el PSC salva sus feudos básicos (L'Hospitalet, Cornellà y Santa Coloma de Gramenet) pero mantiene la tendencia a la baja en ciudades clave. En Tarragona tendrá que pactar.

Y otra lección de ayer, en este caso para ICV. Allí donde ha forjado alianzas con fuerzas emergentes como Podemos, Equo y Procés Constituent, la marca ecosocialista ha conseguido excelentes resultados. En cambio, ciudades como Badalona muestran cómo ICV en solitario ha sufrido un retroceso. También con excepciones, como El Prat del Llobregat.