espera entre banderas

Flamenco, tensión y Puigdemont, en la plaza de Catalunya

El centro de Barcelona fue el escaparate final de la jornada del 1-O

Eduardo López Alonso / Barcelona

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Sonaba flamenco este domingo a las seis de la tarde en la rambla de Catalunya. En City Hall, local curioso junto a la plaza de Catalunya. Pero con 400 heridos a esa hora y revuelta ciudadana pacífica en marcha, los turistas en las terrazas no dejaban de sorprender. Lo mismo que los que habían decidido salir con sus banderas españolas para colarse en fiesta a la que no habían sido invitados. Con las idas y venidas de rojigualdas pasó la tarde en el centro de la plaza, preparada para el balance del 1-O. También entre palomas libres y policía de tanto en tanto. 

El caso es que mossos y policías nacionales (estos más) estuvieron pendientes de un grupo de menos de 30 insensatos envueltos en banderas de España que en grupitos se encargaron de tomar posiciones en la plaza a ratos de manera insistente hasta las 18 horas. Y algún otro abanderado o abanderada aislado. Se desató algún guantazo, empujones y gritos, que no llegaron a más por la acción policial, que en otros territorios con urnas de la ciudad no se había mostrado tan conciliadora. 

Poco a poco, ya pasadas las 19 horas, la plaza de Catalunya se llenó y con TV3 en pantalla gigante. Medios de comunicación de todo el mundo y multitudes armadas con móviles y cámaras inmortalizaban la plaza, calentando las redes sin descanso. Ya pasadas las 19.30 horas los vítores acompañaban la retransmisión de TV3. Tímidos aplausos también para la alcaldesa, Ada Colau, al aparecer en la retransmisión. 

La plaza de Catalunya se iba llenando. Y los que llegaban parecían integrar un colectivo mas variopinto que el movimiento 15M, pero con las mismas ganas. Y es que las mareas arrastran y las imágenes de violencia policial enfurecen a las mayorías. Sentados muchos sobre las baldosas de la plaza, con el trasero frío y el corazón caliente, el resumen televisivo llegaba para revolucionar todavía más al público. 

Y llegó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para mosquear con sus argumentos y olvidar a los más de 700 heridos a esas horas. Gritos de dimisión. La mayoría en castellano. Algo más tarde fue el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el que recibió los abucheos, que se transformaron en aplausos cuando reclamó responsabilidades al presidente del Gobierno y exigió la apertura de negociaciones para la búsqueda de soluciones políticas para el conflicto catalán. 

A las 21.30h la espera se había desarrollado entre pitos y aplausos. Buena parte de los primeros para el líder del PP catalán, Xavier García Albiol. Un inesperado reparto de capas con el 'sí' impreso vino a aliviar el relativo tedio de la espera. Más aplausos para los bomberos y más pitos ante las imágenes de abusos policiales a toda pantalla. Después, temblequeo colectivo con la emoción personal de Gerard Piqué y gritos: "Independència, Indepèndencia, independència..." 

Y llegó la lider de Ciutadans, Inés Arrimadas, y parecía que la podía armar, pero no. La líder de la oposición lamentó las agresiones --"un despropósito", según sus palabras-- pero recordó la invalidez del referéndum y la inminente amenaza de la declaración de independencia (DUI). Y TV3 cortó y subieron al escenario los líderes de la ANC; recuerdos a "los mártires" de la jornada; y "gracias eternas" a los Mossos. Y una conclusión: "Vergonya". Vergüenza por la represión policial y por la imagen internacional dada por España.

A las 22.18h, el recuento de heridos ya era de 844 personas. Y el recuento de votos una incógnita. Y a esas horas ya solo quedaba el 'president' de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y apareció. Y apeló a Europa. Y dijo que los resultados del 1-O se conocerán en unos días. Y que Catalunya debe ser un país libre y democrático. "Inde, Inde, Inde-pen-den-cia", se respondió en la plaza de Catalunya. Y 'Els Segadors'. Y 'si jo l'estiro fort per aquí i tu l'estires fort per allà, segur que tomba, tomba, tomba, i ens podrem alliberar', de Lluís Llach, para acabar.