POLÉMICA EN TORNO A LAS DEVOLUCIONES EN CALIENTE

Fernández reta a los críticos a alojar a simpapeles en sus casas

Diputados de Izquierda Plural, amordazados ayer durante el pleno del Congreso para protestar contra la ley de seguridad ciudadana.

Diputados de Izquierda Plural, amordazados ayer durante el pleno del Congreso para protestar contra la ley de seguridad ciudadana.

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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La ley de seguridad ciudadana, tildada por sus detractores de ley mordaza, salió ayer del Congreso camino del Senado con el único apoyo del PP. Previamente, el ministro del Interior caldeó el ambiente con unas provocadoras declaraciones con las que intentó defender la enmienda a la norma que, en el trámite parlamentario, introdujo el PP para legalizar las llamadas devoluciones en caliente de inmigrantes en las fronteras. Jorge Fernández Díaz, en una entrevista en Antena 3, retó a quienes critican el rechazo a los simpapapeles a que les den cobijo o «se callen».

«Desde despachos del norte de Europa que no tiene ese problema, desde el centro de Europa o desde otros lugares que dan lecciones de humanitarismo, yo les diría que me den esa dirección y que enviamos a esa gente; eso sí, con el compromiso de que les van a mantener y que les van a dar un puesto de trabajo adecuado a su dignidad y a sus competencias», señaló, para a continuación reiterar que si «el problema se resolviera cogiendo a esa pobre gente y metiéndolos en España», él lo hacía «mañana» mismo. Pero el incoveniente, añadió, sería el «efecto llamada».

Horas después de la entrevista, y pese a que diversas oenegés alertaron de que el debate no consiste en a qué dirección enviar a los inmigrantes, sino en el modo en el que se gestiona el perímetro en Ceuta y Melilla para no vulnerar los derechos fundamentales, Fernández se reafirmó en sus palabras, lo que le fue recriminado por más de un portavoz de la oposición durante el debate en el el pleno del Congreso sobre la ley de seguridad ciudadana.

POR LA PUERTA DE ATRÁS / Todos los grupos salvo el PP rechazaron las devoluciones en caliente, una práctica que en su opinión contradice el ordenamiento jurídico, así como los convenios suscritos por España. Asimismo la oposición afeó al Gobierno que introduzca la nueva normativa fronteriza por la puerta de atrás, es decir, mediante una enmienda a la ley mordaza, lo que ha evitado que la controvertida medida sea analizada por los órganos preceptivos.

El PSOE, la Izquierda Plural y ERC se comprometieron además a derogar íntegramente la ley si acceden al poder la próxima legislatura. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, prometió además eliminar las concertinas de las vallas. Mientras que CiU, que juzgó necesaria una reforma en esta materia, pidió una norma diferente de la esbozada por el Gobierno.

El debate fue agrio y salpicado de escenificaciones contrarias a la ley. Los diputados de IU, por ejemplo, se taparon la boca con mordazas blancas, mientras que desde la tribuna miembros del coro del 15-M conocido como La Solfónica entonaron una canción de Los Miserables hasta que fueron desalojados.

La izquierda y diversos colectivos ciudadanos se opusieron desde el primer momento a una norma que, en su opinión, busca restringir y acallar las protestas en las calles. Tras los varapalos de los órganos consultivos, Interior suavizó no obstante el carácter represivo que tenían sus propósitos iniciales.