COMPARECENCIA EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Fernández Díaz se ve forzado a explicar su cita con Rato

Rato, flanqueado por dos policías tras el registro de su despacho, el pasado 17 de abril.

Rato, flanqueado por dos policías tras el registro de su despacho, el pasado 17 de abril.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Jorge Fernández Díaz se reunió el 29 de julio, entre las doce y la una del mediodía, con Rodrigo Rato en la sede de su departamento, y ahora, pese a su resistencia inicial al trascender la noticia, se ha visto obligado a explicar un encuentro que ha despertado tantas sospechas entre un ministro del Interior y un exdirigente del PP investigado por blanqueo de capitales, la quiebra de Bankia (la entidad financiera que presidió) y el uso de las 'tarjetas black'. La presión ejercida por toda la oposición, las críticas de destacados miembros de su propio partido y las versiones contradictorias que han ofrecido los dos protagonistas de la controvertida cita provocaron este martes que Fernández Díaz aceptase rendir cuentas este viernes en el Congreso de los Diputados.

Los conservadores no suelen aceptar las peticiones de comparecencia que reclama la oposición. Cada semana, uno o varios grupos parlamentarios piden explicaciones parlamentarias a algún miembro del Gobierno o al propio presidente, Mariano Rajoy, y el PP emplea su mayoría absoluta para impedirlas. Esta vez, sin embargo, no han podido evitar que el titular del Interior acuda a la Cámara baja para aclarar los términos de una reunión que ha echado por tierra la estrategia del partido de separarse todo lo posible, y más en víspera electoral, de Rato, el referente caído, exvicepresidente del Gobierno y exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI).

LA INCOMODIDAD

"No va a haber nada de particular", anticipó Rajoy en Pontevedra sobre la comparecencia del ministro. El jefe del Ejecutivo se revolvió incómodo ante el micrófono, evitando valorar la reunión, interrumpiendo a los insistentes periodistas y solicitando "alguna otra pregunta" sobre un asunto distinto a este. No la había, así que dio por terminada la rueda de prensa.

El malestar en el PP es evidente. Junto a Rajoy estaba el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien poco antes había señalado que "no sobran" las explicaciones sobre una cita que, admitió, puede ser "censurable" y "discutible". Hubo más. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes: "El encuentro no fue afortunado". Su homólogo murciano, Pedro Antonio Sánchez: "Lo mejor es luz y taquígrafos". El líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago: "La reunión no es acertada estéticamente".

Mientras tanto, casi toda la oposición, de Podemos Ciudadanos, pasando por UPD, coincide en reclamar la dimisión de Fernández Díaz. El PSOE, por el momento, espera a la comparecencia del ministro, apunta a Rajoy por haber conocido presuntamente el encuentro y exige saber si "miente" Fernández Díaz o "miente" Rato. Después de que 'El Mundo' desvelase la reunión, Interior emitió un comunicado en el que aseguraba que la investigación a Rato no dependía del departamento (pese a que están implicadas varias unidades policiales) y que en la cita se había abordado un "tema personal" del exvicepresidente, ajeno a sus cuestiones "procesales". Rato, sin embargo, declaró ayer a 'El País' que le explicó a Fernández Díaz, a quien conoce "desde hace 30 años", su "versión" de todo lo que le "está pasando".

En el PP, la respuesta cambió en poco tiempo. A primera hora de la mañana, antes de que el ministro aceptase comparecer, el portavoz de interior, Francisco Márquez, señaló que el comunicado del departamento sobre la polémica, que calificó de "una cuestión de verano", era "más que suficiente". Después, cuando Fernández Díaz cedió a la presión, Márquez se corrigió: "Los ciudadanos necesitan explicaciones".