¿Cómo hemos llegado al 1-O?

Momentos clave del 'procés' antes del referéndum unilateral

encuestas-independencia cast

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Rafa Julve / Barcelona

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Como en ‘Atrapado en el tiempo’, conocida comúnmente como ‘El día de la marmota’, la política catalana se ha pasado más de un lustro girando sobre el mismo tema. Sin embargo, e igual que en la película protagonizada por Bill Murray, han ido apareciendo escenas que daban la sensación de que se avecinaba el desenlace. Estos son los momentos ‘históricos’ más sonados. 

20 de junio del 2010. El recorte del Estatut

Para muchos, este es el origen de una gran desafección. Tras cuatro años de deliberación y siete proyectos de sentencia, el Tribunal Constitucional se cepilló lo aprobado por el Parlament, por el Congreso y ratificado por los catalanes en referéndum el 18 de junio del 2006. Respondiendo al recurso del PP, el mismo que recogió firmas contra la norma, los magistrados anularon 14 artículos del Estatut y reinterpretaron el contenido de otros 23 preceptos. Catalunya mostró su enfado con una gran manifestación el 10 de julio. Pero cosas veredes, un año después, en las elecciones generales del 2011, el PP pasó de 8 a 11 escaños en Catalunya.

20 de septiembre del 2012. Fracasa el pacto fiscal

Entonces socio del PP en el Parlament, el president Artur Mas salió aquel día de la Moncloa con un 'no' rotundo de Mariano Rajoy a un pacto fiscal para Catalunya.

El julio anterior, la Cámara catalana había solicitado el concierto económico en una votación que en los puntos clave contó con el sí de CiU, ERC e ICV, pero el rechazo del Gobierno central ya estaba claro antes incluso de que se reunieran los dos mandatarios. Con ese bagaje, la Diada del 2012 dio el pistoletazo de salida a lo que posteriormente se bautizaría como el procés con una multitudinaria manifestación en Barcelona donde el pacto fiscal quedó sobrepasado por el lema 'Catalunya, nou estat d’Europa'.

23 de enero del 2013. El descorche oficial del 'procés'

Tras perder 12 diputados (de 62 a 50) en las elecciones al Parlament de noviembre del 2012 y sustituir al PP por ERC como socio, el Govern de Mas puso rumbo a Ítaca aprobando con los republicanos e Iniciativa una resolución que definía a Catalunya como sujeto político, jurídico y soberano; es decir, que podía ejercer la autodeterminación. Aquel 23 de enero del 2013 se descorchaba oficialmente el procés. Y también se agrietaba el PSC: cinco diputados socialistas desoyeron la consigna de la dirección, en manos de Pere Navarro, y optaron por no votar en lugar de pulsar del botón del 'no'. Resultado: 85 a 41. Con un 'sí' crítico de la CUP incluido (un sí y dos abstenciones).

9 de noviembre del 2014. El proceso participativo

Empezó planteándose como un referéndum, después se le llamó consulta y al final se habló de proceso participativo. Después de que el Constitucional vetara su idea inicial (como también suspendió la resolución de soberanía) y después de que algunos partidos se descolgaran de su plan alternativo, Mas convocó a los catalanes a pronunciarse sobre la independencia. Sin la presión judicial ni policial del 1-O, aquella convocatoria (en la que podían votar mayores de 16 años y extranjeros residentes) se saldó con los siguientes resultados: 2.305.290 participantes y un 80,8% de sí-sí (la pregunta era doble). Aquella noche, el president pidió a Rajoy un referéndum efectivo.

27 de septiembre del 2015. Acelerón hacia Ítaca

Dinamitada la federación de CiU y unidos Convergència y ERC en Junts pel Sí, esta coalición independentista sumó en unas nuevas elecciones autonómicas sus 62 diputados con los 10 de la CUP para formar mayoría absoluta en el Parlament. Ganaron en escaños pero no en votos (sacaron el 47,8% de papeletas), aunque eso no les frenó en su ruta hacia la independencia. El 9 de noviembre de ese mismo año la Cámara catalana aprobó otra resolución soberanista en la que se daba inicio a la "creación del Estado catalán independiente en forma de república". Un día después, la CUP le daba a Mas su primera calabaza en el debate de investidura.

10 de enero del 2016. La preindependencia de Puigdemont

Tras un inverosímil empate asambleario a 1.515 votos y una posterior cumbre para fijar la posición final, la CUP le dio el no es no definitivo a Mas el 3 de enero del 2016 y lo envió "a la papelera de la historia". Pero cuando todo abocaba a elecciones, el líder nacionalista dio un paso atrás ("al lado", dijo él) y pactó con los anticapitalistas ceder el puesto a Carles Puigdemont a cambio de "estabilidad parlamentaria". En su investidura, el nuevo jefe del Govern dio por abierta la fase de "preindependencia" y no se desvió un ápice de lo que dictaba el programa electoral de JxSí: declarar la independencia en 18 meses sin necesidad de referéndum.

28 de septiembre del 2016. "Referéndum o referéndum"

En cuestiones del procés no había fisuras, pero el rechazo de la CUP a los presupuestos de la Generalitat del 2016 llevó a Puigdemont a redoblar la apuesta con los anticapitalistas con una cuestión de confianza. O le apoyaban, o el procés se iba al garete y convocaba elecciones. En su discurso en aquel debate, el president ofreció un nítido mensaje comprometido con la independencia pero introdujo un matiz sustancial: "Referéndum o referéndum". JxSí volvía a una pantalla que había dado por superada el 27-S y que no aparecía en su programa electoral. En todo caso, con aquellas palabras Puigdemont se ganó el apoyo de la CUP, que sí avaló las cuentas del 2017.

13 de marzo del 2017. Inhabilitados por el 9-N

El expresidente Artur Mas y las 'exconselleres' Joana Ortega e Irene Rigau recibieron el pasado 13 de marzo el varapalo del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya por la convocatoria de la consulta del 9-N.

El primero fue inhabilitado por dos años y multado con 36.000 euros, y la segunda y la tercera fueron suspendidas por un año y medio. Diez días después, el inhabilitado fue el 'exconseller' Francesc Homs, en su caso a 13 meses con el consiguiente abandono de su escaño en el Congreso. Para rematarlo, el Tribunal de Cuentas ha reclamado este septiembre a Mas 5,2 millones de euros por la consulta. Tiene de plazo para pagar hasta la semana del 18 de octubre.

6 de septiembre del 2017. Sainete en el Parlament

Dos sesiones que pasarán a la historia del Parlament, y no precisamente por la altura del debate político. En una jornada –maratoniana, eso sí–, la mayoría de JxSí y la CUP aprobó la ley del referéndum del 1-O, que fue convocado por el Govern en pleno al filo de la medianoche. Al día siguiente sacaron adelante la ley de transitoriedad jurídica (de ruptura, para entendernos). Y todo ello entre críticas de la oposición a los independentistas por desoír a los letrados de la Cámara y al Consell de Garanties Estatutàries y saltarse la Constitución y el Estatut. Más raudo que nunca, el Constitucional suspendió todo lo aprobado, pero el independentismo hizo oídos sordos.

20 de septiembre del 2017. La ofensiva de Rajoy

No. No. No. Y mil veces no. Tantas como ha dicho lo de "yo ni puedo ni quiero trocear la soberanía del pueblo español". Sin ninguna propuesta concreta más allá de la fallida operación diálogo y de un anuncio de inversión de 4.200 millones, Rajoy ha dejado claro a lo largo de estos años que no acepta referéndum alguno. Es más, escarmentado con el 9-N, su ofensiva vía judicial contra el 1-O se pudo ver por todo la alto el 20 de septiembre con el registro de 50 sedes de la Generalitat y 14 detenciones. Lejos de achicarse, el independentismo se creció y logró activar a personas que solo quieren votar para hacerlo contra el PP. La historia continúa.