"'Farem el que podrem'"

Saludo a la afición 8 Carme Forcadell se dirige a los simpatizantes de la ANC apostados ante la entrada del Parlament.

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RAFA JULVE / BARCELONA

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Shinya Ogishi y Kumi Matsushima iban por el Parlament más perdidos que un pulpo en un garaje. El primero, corresponsal en París de la cadena japonesa Fuji News, y la segunda, que le hacía de intérprete, trataban de encontrar algunas voces que les ayudaran a entender mejor el debate soberanista. «Lo que pasó hace unos días [la V de la Diada] lo vimos a través de la agencia Reuters. Ahora nos han enviado a Barcelona dos días. Seguíamos con mucha atención el referéndum de Escocia y nos enteramos de que había otros sitios de Europa en los que se hablaba de independencia», decía Matsushima.

Había más de 300 periodistas acreditados, entre ellos, representantes de la CNN, The Guardian, Associated Press, Deutsche Welle, Bloomberg… Un batallón de informadores que tuvieron trabajo tanto dentro del Parlament como en la puerta principal de acceso, que se convirtió en un photocall no solo por las cámaras, sino por el retrato a gritos que hicieron de muchos diputados los centenares de manifestantes convocados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) en el parque de la Ciutadella. En un lateral, una decena de miembros de la plataforma antisoberanista D'Espanya y Catalans trataban infructuosamente de hacerse oír mientras ondeaban tres rojigualdas y dos senyeres (las únicas entre centenares de estelades).

«Votarem, votarem...» fue el lema más coreado al llegar los consellers, aliñado con el habitual «in-inde-independència». También fueron muy aplaudidos los dirigentes de CiU, de ERC y las díscolas socialistas Marina Geli y Núria Ventura, que entró junto a Ernest Maragall, uno de los muchos invitados. En cambio, el líder del PSC, Miquel Iceta, fue recibido con un sonoro «botifler, botifler», aunque el abucheo más rotundo recayó en la popular Alicia Sánchez-Camacho, que miró desafiante a los asistentes y les animó a seguir increpándola.

Escudo boca abajo

Otra de las bestias negras del independentismo, Albert Rivera, evitó la bronca de la ANC a la entrada, pero no a la salida ni durante su intervención. Los manifestantes, que habían colocado altavoces en el parque para seguir el debate, mostraron su repulsa hacia el líder de Ciutadans mientras exponía sus argumentos en el hemiciclo, justo cuando un empleado del Parlament se encaramaba al punto más alto de la fachada del edificio para poner del derecho la bandera de España, que había sido izada con el escudo boca abajo. «Fora, fora, fora, la bandera espanyola», corearon los independentistas.

Ese fue uno de los momentos álgidos fuera de la Cámara. Otro lo fue cuando, antes del debate, el president Artur Mas se acercó a los soberanistas para agradecerles su apoyo y, entre gritos de «votarem, votarem», «no afluixeu» y «no ens falleu, no ens falleu», les dijo: «Farem el que podrem». Palabras que dejaron frío a más de uno.

Conocido el resultado de la votación, que los manifestantes aplaudieron a rabiar y entonando Els Segadors, Mas volvió a acercarse para darles las gracias. «Procurarem», le respondió a una mujer que le preguntó si se votará el 9-N.

Antes de él pasaron por el photocall el conseller Francesc Homs, el republicano Oriol Junqueras (muy aclamado), el ecosocialista Joan Herrera y las vitoreadas presidentas de la ANC y Òmnium Cultural, Carme Forcadell y Muriel Casals. Todos se comprometieron a no dar marcha atrás mientras los periodistas de Fuji News seguían tratando de descifrar lo ocurrido.

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