Évole se lleva a Junqueras a Sevilla

¿Pueden los miembros de una familia andaluza hablar sosegadamente de la independencia de Catalunya con un líder independentista catalán? Lo veremos esta noche en el programa 'Salvados', de la Sexta. Jordi Évole ha llevado a Oriol Junqueras, presidente de ERC, a Sevilla para mantener una jugosa conversación con seis miembros de una misma familia.

Una familia andaluza conversa con el líder de ERC sobre el proceso soberanista catalán y sus consecuencias

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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En la semana en la que el Govern  de la Generalitat ha renunciado a la consulta del 9-N tal como estaba planteada y se ha fracturado el bloque soberanista, Salvados estrena temporada acompañando a Oriol Junqueras a pasar un día en Sevilla para hablar de la independencia catalana con los miembros de una familia andaluza, los Parejo, que tienen perfiles y opiniones políticas que abarcan un amplio abanico ideológico. Alrededor de la mesa, los Parejo y el líder independentista debaten sobre las consecuencias que para todos tendría una hipotética independencia catalana. Estos son tres extractos de esa conversación.

Jordi Évole: Oriol, ¿tú defenderías la independencia de Catalunya incluso sabiendo que igual no le iba bien a Catalunya?

Oriol Junqueras: Es un caso hipotético que me resulta implanteable. Lo lamento, porque estoy convencido de que el hecho que los ciudadanos tomen sus propias decisiones siempre acaba siendo bueno.

J. É.: ¿Este futuro se puede decidir yendo hacia la independencia incluso existiendo la hipótesis de que igual no me va del todo bien?

O. J.: Me niego a plantear esa hipótesis porque me parece absolutamente…

Antonio:  Oriol, es que cualquier cosa que no te conviene, te niegas a aceptarla o a contemplarla; únicamente tomas la parte positiva, y la parte negativa la obvias. Y me creo una película en la que todo me va a ir bien y me salgo y convenzo a todo el mundo: votar, sí, pero la gente para votar tiene que estar informada.

O. J.:  Sí, claro. Y nosotros lo intentamos.

Antonio: ¿Cómo vas a informarles tú si tienes un planteamiento que cuando algo no te gusta no lo contemplas?

O. J.: No, yo contemplo lo que no me gusta. Lo que pasa es que no puedo contemplar algo que me parece absolutamente improbable.

Gloria: Pero hay una cuestión que yo imagino que los catalanes se plantearán. A mí lo que me preocuparía es decir: «yo voy a votar la independencia pero no sé qué estoy votando porque, ¿qué va a significar la independencia? Antes de votar quiero saber cuáles son las cartas del juego». Y eso es lo que yo creo que falta: la información, porque, entre otras cosas, creo que no se puede saber.

O. J.: Pero, ¿tú crees, sinceramente, que los ciudadanos de Catalunya apoyan mayoritariamente una opción sin haber pensado cuáles son las implicaciones de esa opción? Yo creo que no, que ellos son conscientes, en mayor o menor medida.

(…)

J. É.: ¿Formar parte de España nunca ha sido bueno para Catalunya, desde tu punto de vista?

O. J.: Tiene cosas positivas desde el punto de vista de la cultura, de la lengua, del hecho de que todos nosotros seamos bilingües…

J. É.: Sí, sí, desde luego, pero algo pragmático. Que tú digas: «Hubo un momento en que hubo una inversión del Estado español en Catalunya que fue magnífica».

O. J.: Yo no te lo sé encontrar en este momento.

Gloria: El caso de las Olimpiadas, ¿no?

O. J.: Incluso en ese caso, las inversiones del Estado español en Catalunya estuvieron por debajo del porcentaje de población catalana en el conjunto de España.

Gloria: Y cuando se puso Seat y todo el potencial industrial…

O. J.: El Gobierno español intentó que Fiat, Seat, no se instalase en Catalunya, pero no lo consiguió.

(...)

J. E.: En esta separación, vosotros ¿cómo os imagináis que va a reaccionar una de las partes afectadas, la española, la que más os toca?

Pedro: Me daría muchísima pena porque yo me he criado siendo Catalunya mi país. Yo he ido a Catalunya un montón de veces y me encanta. Me daría pena, independientemente de la repercusión que tuviese en la capacidad económica o adquisitiva del resto de los españoles. Eso ya es otro cantar.

J. É.: Me llama la atención que ayer, en el aeropuerto, al llegar Oriol Junqueras, hablamos con gente que había en la terminal, y la palabra pena también se utilizó. Oriol, no sé si a ti también te ha sorprendido.

O. J.: Entiendo que dé pena. Y también espero que entiendan que a mí me da mucha pena que digan que los ciudadanos de Catalunya no tienen derecho a decidir.

J. É.  Eugenia, ¿tú qué sentimiento tienes?

Eugenia: De todo. [A Junqueras] Yo estoy de acuerdo con vosotros. La cosa se ha agravado y se ha deteriorado todo, la gente sale a la calle… Todo el que sale a la calle no es tonto, ni está manipulado por los vídeos y las historias. Si llegan a poner remedio a esto y hay propuestas y no putean tanto a los catalanes, no llegamos donde estamos ahora. Eso está claro. Ni Esquerra hubiera subido tanto, ni existiría la bronca.

O. J. : Es muy probable.

Eugenia: Tendría que haber habido propuestas. Una independencia me daría una pena muy grande, pero tal como están las cosas ahora, tampoco pueden seguir. Prohibiendo y con el 'ahora te castigo y te echo la ley encima' no se consigue nada.

J. É.: Esto que estamos haciendo hoy, dialogar, ¿por qué está costando tanto que se haga entre los políticos de primer nivel catalanes y españoles?

O. J.: Supongo que hace mucho tiempo que cuesta, y cuesta porque la experiencia ha enseñado que no sirve de nada. E insisto, no sirve de nada porque muchas veces nos han mentido. 

Transcripción: Daniel Picas