Esquerra garantiza estabilidad a Mas si rompe ya con el PPC

Artur Mas ya sabe que tiene a ERC para lo que necesite si se decide a cambiar de socio preferente. «Todos los escenarios de pacto son posibles y no se puede descartar ninguno», proclamó el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, tras su primera reunión con elpresident.Como nada en política sale gratis, el dirigente independentista le dejó claras sus condiciones previas: romper su relación con el PP y no flaquear en la defensa del pacto fiscal. Pero incluso en este segundo aspecto, que centró la cita de ayer en el Palau de la Generalitat, Esquerra está dispuesta a mover ficha, en la línea de CiU, para ampliar el frente catalán.

Govern y ERC escenificaron una sintonía perfecta en torno al modelo de financiación que aprobó en comisión el Parlament con los votos de CiU, ICV-EUiA y Esquerra. Pero Junqueras no se mostró hostil a la posible estrategia con la que los nacionalistas buscan sumar al PSC al acuerdo. Se trataría de repescar el sistema que fijaba el Estatut que refrendó la Cámara catalana el 30 de septiembre del 2005, hecho trizas tras su paso por las Cortes. Ambas fórmulas son muy parecidas, pero los republicanos creen que la propuesta del 2005 no blinda la gestión y recaudación íntegras de los impuestos por parte de la Generalitat, «la llave de la caja», y que habría que concretar su interpretación. Por eso, de entrada, Junqueras se aferra a las conclusiones del pacto fiscal, pero añade: «No nos cerramos a ninguna posibilidad que implique tener la llave de la caja, es el mínimo de independencia que Catalunya necesita».

Más allá de la sintonía en el pacto fiscal, CiU tuvo especial interés en subrayar el buen clima en el que transcurrió la cita. En CDC, incluso, ya se afirma que todo conduce a un «proceso de transición» hacia un cambio de socio. ERC también salió del encuentro razonablemente satisfecha, pero prefirió exhibir prudencia y no comprometerse con posibles pactos a medio y largo plazo.

Un momento clave para constatar si hay giro del Govern será la revisión de los presupuestos catalanes, una vez el Ejecutivo central apruebe los suyos. Si el PP da la espalda a las inversiones que espera la Generalitat y no paga las deudas del Estatut, el apoyo de ERC a las nuevas cifras confirmaría el cambio de rumbo.