El escueto estreno de Iglesias

Pablo Iglesias recoge su acta de diputado en el Congreso

Pablo Iglesias recoge su acta de diputado en el Congreso / periodico

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

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Pablo Iglesias ha recogido este martes su acta de diputado. Se trata de una gestión rutinaria, que los parlamentarios comunes realizan sin ningún revuelo, y Podemos había avisado el día anterior que su líder no iba a hacer declaraciones. Pero la expectación ha sido enorme. Una nube de cámaras y grabadoras esperaba a Iglesias, que en un primer momento ha optado por no decir nada, y después, ya con el tradicional portafolio que la Cámara baja entrega a sus representantes al comienzo de cada legislatura, se ha visto obligado a lanzar tres escuetos mensajes.

El primero, estético. El líder de Podemos ha mostrado su esperanza de que dentro de cuatro años el Congreso distribuya “mochilas en lugar de carteras”, porque eso implicaría que la institución se va pareciendo cada vez más a la ciudadanía que representa. La segunda declaración tuvo que ver con Catalunya, que parece abocada a nuevas elecciones tras la negativa de la CUP a investir a Artur Mas. Iglesias vino a enterrar Catalunya Sí que es Pot, la marca bajo la que ocurrió su partido junto a otros en las autonómicas de septiembre, al señalar que En Comú Podem, el nombre de la coalición que se presentó a las generales con el crucial apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, “ganará las próximas catalanas”.

"FRENAR AL PP”

El tercer mensaje de Iglesias aludió a la difícil gobernabilidad de España, donde Mariano Rajoy alienta una gran coalición con el PP, el PSOE y Ciudadanos, mientras el líder socialista, Pedro Sánchez, busca el apoyo de Podemos, en contra de los barones más importantes de su partido. “Lo fundamental es frenar al PP”, ha concluido Iglesias.

La nueva legislatura está repleta de incógnitas. Grandes, como cuánto cuánto durará o si habrá Gobierno, y pequeñas, como la organización de Podemos en el Congreso. El partido se presentó bajo marcas distintas en varios territorios (En Comú Podem en Catalunya, Compromís-Podemos en Valencia y En Marea en Galicia), y uno de sus compromisos de campaña fue que cada una de ellas tendría grupo parlamentario propio, pero el resto de fuerzas se muestra contraria a aceptar un reparto que daría al partido morado más posibilidades de preguntar al presidente y presentar iniciativas legislativas.

LA INTERPRETACIÓN DEL REGLAMENTO

Todo se reduce a la interpretación de un reglamento de la Cámara baja que tradicionalmente se ha estirado o reducido tanto como convenía a quien ostentase el poder. Los tres satélites de Podemos cumplen con los requisitos numéricos (más de cinco escaños y más del 15% de los votos en las circunscripciones donde se han presentado), pero la norma también señala que “en ningún caso pueden construir grupo parlamentario separado diputados de un mismo partido”. A este extremo se agarran quienes rechazan el reparto en cuatro grupos.

La secretaria de Programa de Podemos, Carolina Bescansa, se ha reunido en los últimos días con representantes del PP, Ciudadanos y el PSOE. Los populares, a través de Rafael Hernando, han acusado a la fuerza morada de perpetrar un "fraude de ley" para tener más recursos “que los demás”. Desde Ciudadanos, su diputado Miguel Gutiérrez expuso el lunes una posición similar. “Si Podemos está contando que tiene 69 diputados, tendrán que estar todos en un solo grupo”, dijo. Los socialistas, mientras tanto, se muestran ambivalentes. Su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, ha dicho este martes que el reparto propuesto presenta “muchos problemas reglamentarios”, pero que su partido “aún no ha tomado ninguna decisión”.