Los escándalos complican a Rajoy el 'tíquet' electoral en Madrid

Mariano Rajoy conversa con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ayer en el palacio de la Moncloa.

Mariano Rajoy conversa con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ayer en el palacio de la Moncloa.

PATRICIA MARTÍN / PILAR SANTOS / MADRID

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Hace unas semanas, cuando Pedro Sánchez se embarcó en la operación para apartar a Tomás Gómez de la primera línea del PSOE en Madrid, el PP observaba con tranquilidad y algo de regocijo los toros desde la barrera, satisfecho incluso de que Mariano Rajoy hubiese tardado tanto en designar a sus candidatos en las plazas más problemáticas de cara a las elecciones locales y autonómicas de mayo. Sin embargo, la situación se le ha vuelto en contra porque el PSOE ha logrado relevar a Gómez por Ángel Gabilondo sin demasiado desgaste, mientras que el tíqueten Madrid sigue en el aire y sobre los que se postulan para defender las siglas del partido -el actual presidente, Ignacio González, en la comunidad, y Esperanza Aguirre, en el ayuntamiento- se vierte un mar de dudas.

Ambos se ven tan salpicados por escándalos de corrupción o gestión que en el PP se extiende la idea de que el presidente del Gobierno, mientras espera si surgen nuevas informaciones incriminatorias, estudia la posibilidad de presentar a otros candidatos, entre los que podrían encontrarse desde la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, hasta la consejera de Educación, Lucía Figar, pasando por el portavoz de la campaña del PP, Pablo Casado. En una rueda de prensa con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el jefe del Ejecutivo evitó ayer dar pistas y, preguntado explícitamente por las opciones de González, no le respaldó y se desentendió de la decisión como si no fuera él el que dispone: «Por ese tema hay que preguntar en el PP, es ahí donde se toman las decisiones».

Se da la circunstancia de que ni Aguirre ni González son del agrado de Rajoy, pero en el partido se cree que, si tiene que tragar con alguno (porque las encuestas indican, por ejemplo, que no hay relevo mejor), la lideresa saldrá triunfante porque, de momento, no está tan señalada.

La gestión de Aguirre está en duda fundamentalmente por la implicación de personas de su confianza en las tramas Gürtel y Gürtel Púnica, así por el escándalo del espionaje, mientras que en el caso de González el interrogante se cierne directamente sobre él, dado que existe la sospecha de que el ático del que disfruta en Marbella es fruto del cohecho. Esta semana la confusión ha ido a más porque El Mundo publicó que el presidente madrileño se reunió con dos comisariosde policía para intentar tapar la polémica. Ante la filtración, en una huida hacia adelante, González acusó a los dos mandos policiales de intentar «chantajearle» para armar una investigación policial ilegal en torno al inmueble. Pese al embrollo, el dirigente conservador se reafirmó en su intención de ser candidato, en una especie de reto a Rajoy para que le confirme. «Mi determinación sigue siendo la misma y cada vez mayor frente a este ruido mediático», aseguró ayer.

Sin embargo, no solo los medios van supuestamente en su contra. Uno de los comisarios aludidos, José Manuel Villarejo, se querelló ayer contra González por denuncia falsa y amenazas, en un escrito que involucra al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, en la compra del ático.

Ante el enfrentamiento, el Gobierno guarda silencio, aunque deja caer que no le consta el chantaje. Rajoy aseguró que Interior dará explicaciones en «los próximos días». El PSOE le forzará con una pregunta en la sesión de control. Para entonces puede que Rajoy haya despejado la incógnita, aunque lo lógico, según varios dirigentes, es que espere a que pasen las elecciones andaluzas para no contaminar la campaña con asuntos externos. El presidente debe decidir además los candidatos en Valencia y en Murcia, donde tanto el anterior presidente como el actual están salpicados por la corrupción.