ERC marca el camino

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, en una de sus intervenciones en el pleno del Parlament.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, en una de sus intervenciones en el pleno del Parlament. / JOAN CORTADELLAS

XABIER BARRENA / Barcelona

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Parafraseando al que fuera presidente de México Porfirio Díaz, podría decirse que el gran drama deERC, en los últimos 35 años, no ha sido tanto estar lejos de Dios, sino tan cerca deCiU. Ese miedo atávico, basado en las lecciones del pasado, a ser subsumido por la gigantesca ola convergente-pujoliana fue la que empujó, sin ir más lejos, a los republicanos a apuntarse al tripartito con elPSCeICV-EUiA. Los tiempos, sin embargo, son otros. El terremoto causado, no tanto por la manifestación del pasado11 de septiembre, como por las elecciones anticipadas queArtur Mascreyó tener la obligación de convocar, han cambiado la tendencia. El mundo nacionalista ha invertido el sentido del giro e, incluso, el mismo eje de rotación. Del 'peix al cove' se ha pasado alindependentismo más desacomplejadoy la sombra ya no arroja de CiU a ERC sino al revés.

Son muchos los que, a la vista de los resultados del25-N, atribuyeron de inmediato el batacazo de CiU (12 escaños perdidos) a la apuesta soberanista. Lo cierto es que no solo esos 12 se corresponden con los 11 que ganó Esquerra, sino que si se analizan las encuesta publicadas desde entonces, la matriz de transferencia de votos de los convergentes no detecta fugas hacia los partidos que apuestan por el no. Y sí, y cuantiosas, hacia Esquerra. Tantas que, incluso, han aupado a los republicanos alprimer puesto demoscópico. El tan cacareado 'sorpasso'.

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